Encuentro de gran emoción entre Romo y Elgoibar esta tarde en el polideportivo de Gobela. Hasta el último instante, además. El marcador final de 25-26 es buena prueba de ello. El equipo de Rubén Martín ha completado una gran segunda parte y, pese al regusto amargo de la derrota, ofrece razones de peso para el optimismo esta campaña. Ha merecido más el Romo, pero la imagen ofrecida refuerza la moral del equipo de cara a los próximos choques.

Primer tiempo de mucho ritmo e intensidad. Comenzaron muy igualados ambas escuadras, aunque fueron los guipuzcoanos quienes empezaron a establecer diferencias en el marcador gracias, sobre todo, a la actuación de su guardameta y la efectividad de cara a puerta de Borja Díez quien, con seis goles en estos primeros treinta minutos, fue uno de los mejores del choque. Lo del Romo, por su parte, fue un querer y no poder: los locales estuvieron muy lastrados por los numerosos errores cometidos en defensa y ataque. Debido a ello, el Elgoibar se marchaba con una renta de cinco goles de ventaja al descanso.

El panorama cambió radicalmente tras la reanudación. El Romo fue capaz de revolucionar el partido; y lo hizo con mucho trabajo y fe en sus posibilidades. Así las cosas, la diferencia en el marcador se empezó a reducir poco a poco. A los trece minutos de la segunda parte, los getxotarras se ponían a dos goles de su rival (17-19). Pero lo mejor llegó en el último minuto de partido. A falta de 35 segundos, el Elgoibar marchaba por delante con solo un gol de ventaja (24-25); y el empate parecía posible. Sin embargo y aunque hubo tiempo para un tanto más de cada equipo, la precipitación penalizó una vez más a Romo quien, a pesar de los méritos, perdía el choque por un ajustado 25-26.