Los movimientos reivindicativos que han surgido en los últimos años en el municipio de Getxo como medida de protesta a los distintos proyectos del Equipo de Gobierno han fracasado en su intento.

Son muchos los ejemplos que nos encontramos por el camino. Uno de ellos es el colectivo de la Asociación de Vecinos de San Nicolás que bajo el lema “Antzoki sí, pero así no” no logró que el Ayuntamiento cambiase o modificase el proyecto del nuevo Getxo Antzokia.

Tampoco el barrio de Romo ni su Asociación de Vecinos consiguieron ni una sola de sus reivindicaciones más importantes en relación a la construcción de la nueva Kultur Etxea. El colectivo de vecinos de este barrio denunció en innumerables ocasiones, en actos y manifestaciones, la descomunal altura del nuevo edificio y su coste económico y social al mismo tiempo que solicitó un edificio consensuado. Sin embargo, el barrio con fama de ser el más peleón y reivindicativo de Getxo fracasó en su intento. Lo mismo ocurrió con la decisión del Ayuntamiento de trasladar el actual Club de Jubilados de Romo a la nueva Kultur Etxea, aunque en este caso todavía no se ha ejecutado el traslado.

La Asociación de Afectados por las inundaciones del río Gobela sigue con su ya casi histórica lucha para que se apruebe y ejecute un plan de mantenimiento adecuado de los espacios ganados al río Gobela y la eliminación de las especies invasoras. El último jarro de agua fría para este colectivo llegó cuando el nuevo concejal de Medio ambiente del Ayuntamiento de Getxo, José Luis Landa “Txefo” aseguró en el Pleno del pasado mes de octubre que “ni hablar, esto no va a estar verde ni bien cuidado, nunca jamás”.

En este momento hay otra plataforma vecinal –la Agrupación de Vecinos del barrio de la Humedad de Algorta- que ha emprendido su particular lucha contra el proyecto urbanístico de Iturribarri. A pesar del reparto de pañuelos verdes en señal de protesta por todo el vecindario, la recogida de firmas contra el proyecto y la puesta en marcha de una manifestación, los Vecinos de la Humedad no han conseguido evitar el derribo de los caseríos que no tenían cabida en la nueva urbanización que se edificará en el lugar. Y aunque una excavadora de las obras fuera incendiada el pasado 15 de octubre los trabajos continúan adelante.

Asimismo, en Las Arenas los vecinos ya se han agotado de solicitar la reforma de la Plaza de Estación de Las Arenas y en Algorta la recuperación del tradicional kiosko de San Nicolás que reclaman los ciudadanos no parece estar en la agenda del Equipo de Gobierno.

Son solo algunos ejemplos de una lucha vecinal que ha llenado muchas páginas en periódicos pero que no ha servido para cambiar la posición del Gobierno Municipal.