Naiara, una de las ciudadanas que ha acogido a una niña saharaui este verano, ha explicado en una carta al Diario Digital de Getxo lo poco que ha durado su experiencia.

Si bien desde la Asociación que gestiona el programa de acogida de niños saharauis les informan desde el primer momento de que los niños vienen durante los meses julio y agosto «para airearse, alejarse de la realidad en los campamentos y del calor, acudir a médicos, dentista, óptica…», cada familia tiene que seguir haciendo su día a día «además de hacer lo mejor por estos niños»

«Mi experiencia fue corta ya que desde la primera semana el padre -de la niña- llamó diariamente a la Asociación de forma violenta, tal y como me explicaron, para que sacaran a su hija y se fuera con otra familia» ha denunciado Naiara.

Durante la primera semana la menor fue a médicos, a la óptica, al parque donde se juntaron todos, piscina, playa, etc. Además de recibir llamadas de sus tías que viven ya en España» ha informado.

Pero a la segunda semana, estando en el dentista, «la asociación me informó que tenían que quitarme a la niña, que se quedaba ahí y que me podía ir ya».

El padre de la menor seguía llamando diariamente y, posteriormente, «me remitió un audio de siete minutos dando las gracias por el inmenso esfuerzo que había hecho acogiendo a su hija y me dijo que quería que su hija fuera con otra familia que tuviera más juguetes y más cosas textualmente».

Naiara ha explicado que el padre de la niña saharaui «me dijo que yo tenía que atender a mi hija, que era pequeña, y que mi madre vivía lejos -soy familia monoparental, independiente-» ha matizado.

En este punto la afectada recuerda que «allí las mujeres no viven solas puesto que, si no es con un hombre, viven con su madre» ha explicado.

Tras meses planeando la acogida y con ilusiones por compartir «estas se derrumbaron». «Ni la propia familia ni la asociación habló conmigo en su debido tiempo. Una experiencia intensa con un pronto final» ha continuado Naiara en su escrito.

Con todo ello, la realidad es que «no había más familias que quieran acoger, fuimos 6 este año y a la niña la mandaron a un albergue» ha añadido Naiara, quien lamenta que a estos niños se les indique previamente que «vienen a España donde tendrán un monitor privado que les llevará y concederá todo lo que deseen».

Naiara echa en falta que se explique a estos niños «que vienen a familias  donde ambos tienen que hacer por el bien de todos»

«Cada familia tiene que seguir haciendo su día a día y además hacer lo mejor por estos niños» ha indicado.

A pesar de su corta experiencia indica que ha «aprendido muchísimo y ha sido todo un placer».


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