El Ayuntamiento de Getxo ha lanzado hoy jueves 21 de noviembre el nuevo número de su boletín municipal, Getxoberri, una publicación que, aunque debería servir para informar a la ciudadanía de manera plural y objetiva, vuelve a poner de manifiesto un enfoque que prioriza la autopromoción institucional y evita abordar temas controvertidos. A través de una selección de noticias y eventos que pintan una imagen idílica de la administración, Getxoberri parece buscar más la aprobación ciudadana que informar con transparencia sobre aspectos críticos de la gestión pública.
Campañas y eventos que dominan el discurso oficial
La última edición está encabezada por campañas como «Todas para una», un esfuerzo contra la violencia de género, o iniciativas culturales y deportivas como Getxo Eszena Irekia, que lamentablemente son presentadas sin un análisis que muestre su verdadero impacto en la vida de los getxotarras. Mientras se dedica amplio espacio a estos temas, los detalles sobre la efectividad de estos programas y la inversión real destinada a ellos quedan en el tintero, dejando una percepción de falta de transparencia y autocomplacencia.
Temas incómodos ausentes: opacidad en urbanismo y silencios calculados
Este número de Getxoberri evita profundizar en asuntos que generan tensión o debate en el municipio, como la polémica sobre la demolición del palacete histórico Irurak Bat o las denuncias sobre la gestión del Área de Urbanismo, cuestionada por posibles irregularidades y una falta de comunicación clara. La ausencia de estos temas plantea preguntas sobre la función real de este medio público, que parece seleccionar qué informar según convenga a la imagen del consistorio, sacrificando su deber de reflejar todas las realidades y conflictos que afectan a la ciudadanía.
La identidad vasca como bandera, ¿pluralidad o imposición cultural?
Además, Getxoberri parece apostar fuertemente por la promoción de la identidad cultural vasca, con eventos como «24 horas nadando por el euskera» o un homenaje al mago local Tor, un defensor del euskera. Sin embargo, al centrarse tan exclusivamente en este tipo de iniciativas, el boletín parece ignorar la diversidad de perspectivas y necesidades en el municipio, y da la sensación de imponer una identidad particular sin abrir el debate a otras voces que representen la pluralidad de Getxo.
Conclusión: una oportunidad perdida para el verdadero diálogo con la ciudadanía
Este número de Getxoberri reafirma la tendencia del boletín a funcionar como un canal de publicidad institucional, en lugar de un medio de información abierto y transparente. Ante la falta de autocrítica y la omisión de temas que afectan directamente a la ciudadanía, el boletín pierde la oportunidad de crear un espacio de verdadera comunicación y rendición de cuentas.
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