El próximo 1 de diciembre, el café Garai, uno de los establecimientos más icónicos de Algorta, cerrará sus puertas tras 44 años de actividad. La noticia, que se ha difundido rápidamente entre los vecinos, ha despertado una ola de emociones y cariño hacia Jon y su esposa Lourdes, quienes han dirigido el negocio desde sus inicios. “Estamos impresionados por la repercusión que ha tenido nuestra jubilación”, han declarado al Diario Digital de Getxo -DDG-..
Entrar al café Garai es sumergirse en un espacio cargado de historia. Cada detalle de su decoración cuenta con un significado especial, desde los recuerdos de los viajes que sus clientes les han regalado a lo largo de las décadas, hasta las fotografías que narran el paso del tiempo: imágenes de campeonatos de mus organizados por Navidad, visitas de personalidades del deporte y la televisión, y hasta instantáneas del exalcalde de Getxo, Humberto Cirarda, un asiduo del Garai.
“Han pasado por Garai tres generaciones de muchas familias”, explican los propietarios, orgullosos de haber sido testigos de la evolución del barrio y de sus vecinos. Muchos de los clientes actuales son nietos de aquellos que frecuentaban el local en sus comienzos, cuando aún era una panadería-degustación que luego evolucionó hasta convertirse en el café que conocemos hoy.
El “alma” que desprende el negocio no es casualidad; es fruto de 44 años de dedicación absoluta. El matrimonio ha estado al pie del cañón cada día del año, cuidando cada detalle y ofreciendo mucho más que café.
Precisamente, una de las cosas que han dado fama al Garai es su café, considerado por muchos como el mejor de Algorta. Pero cuando les preguntan por su secreto, Jon y Lourdes responden con sencillez: “El estado de ánimo es importantísimo para que el café salga bueno”. Es esa filosofía, ese amor por lo que hacen, lo que ha convertido al Garai en un lugar insustituible.
Un cierre lleno de emociones
El matrimonio ha regentado el negocio sin descanso, abriendo sus puertas todos los días del año. Ahora, a pocos días del cierre definitivo, el ambiente en el café Garai es más especial que nunca. Vecinos y clientes pasan para despedirse, compartir anécdotas y desear lo mejor a esta pareja que ha dejado una huella imborrable en la comunidad.
El último fin de semana promete ser especialmente emotivo, con una afluencia de personas que no quieren perder la oportunidad de decir adiós al lugar que ha formado parte de sus vidas. Aunque el negocio se traspasa, el Garai ya ocupa un lugar destacado en la historia de Algorta y en el corazón de quienes lo han frecuentado.
Desde aquí, una vez más, gracias a Jon y Lourdes por su dedicación y por haber convertido el café Garai en un símbolo del alma de Algorta. Les deseamos una jubilación llena de felicidad y descanso.
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