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CARTA AL DIRECTOR | Orines, basura y peligro para peatones en el paso subterráneo de Bidezabal

Me dirijo a ustedes para denunciar una situación de abandono urbano que se viene produciendo desde hace tiempo en el subterráneo situado en la zona de Bidezabal, concretamente en la calle Beato Domingo Iturrate, conocida popularmente como «La calle del olvido».

Este paso subterráneo, que conecta con una salida de metro (la que viene de Ibarbengoa y va hacia Bilbao) y es utilizado a diario por estudiantes del Colegio Nuestra Señora de Europa que vienen en metro, presenta de forma habitual un estado lamentable: restos de botellas, vómitos, meadas, suciedad acumulada y excrementos de perro que permanecen días sin retirar (a veces hemos contado basusra sin retirar durante más de dos semanas). No se trata de hechos puntuales, sino de una situación de dejadez crónica.

Es habitual que en horarios de baja afluencia (tarde noches), que aparezcan grupos de adolescentes allí para beber, (generalmente los jueves y los viernes) y algunos propietarios incívicos (a las mañanas) aprovechan la falta de vigilancia para llevar allí a sus mascotas a hacer sus necesidades y no recoger los excrementos.

El problema va más allá de una cuestión estética o de salubridad. El hedor y la sensación de insalubridad son tales, que muchos menores —y también adultos— optan por evitar la acera del subterráneo y caminar directamente por la calzada (muchos de ellos, atendiendo a su teléfono móvil y de espaldas al tráfico rodado), con el consiguiente riesgo de atropello. Este fenómeno se puede ver a diario entre las 8:15 a 8:50 de la mañana. 

Resulta especialmente preocupante que esta situación afecte a una zona frecuentada por menores de edad, en un entorno que debería ser seguro, limpio y ordenado. La dejadez en la limpieza, la ausencia de controles y la falta de medidas disuasorias, transmiten un mensaje claro: este espacio es tierra de nadie.

Por todo ello, considero urgente que se denuncie esta situación y que las autoridades municipales adopten medidas concretas, visibles y mantenidas en el tiempo: limpieza y desinfección periódica efectiva, mayor vigilancia de la zona, sanciones a los comportamientos incívicos y, si es necesario, una reordenación del espacio que evite su uso como punto habitual de botellón.

Les agradecería que dieran difusión a esta denuncia, no como una queja aislada, sino como un problema de convivencia y seguridad ciudadana que afecta directamente a nuestros jóvenes y al uso responsable del espacio público. A veces esperamos a las desgracias para tomar medidas.

Un saludo.