Permitidme que empiece dando las gracias a este periódico y a Lander por darme voz para que dé voz a todos los asesinados que ETA mató en nuestro querido municipio, Getxo.

Este va a ser un espacio para las víctimas del terrorismo, para que no se olvide lo inolvidable, en el que junto al relato de su asesinato y la explicación de quiénes eran voy a decir la verdad, mi verdad y quitar así la careta a algunos, los nacionalistas, que han agitado el árbol de los terroristas para que ellos vivan bien en la dictadura del miedo y nosotros, las víctimas, sufrimos la pérdida de nuestro ser querido.

Voy a empezar como no podía ser de otra manera con el secuestro y asesinato a manos de ETA de mi abuelo Javier Ybarra, ya que este triste hecho cambio mi vida para siempre desde mi nacimiento.

Voy a empezar con un dato muy relevante: El 22 de junio de 1977 se encontró en el Alto de Barázar (Vizcaya) el cadáver del empresario JAVIER DE YBARRA Y BERGÉ, secuestrado el 20 de mayo -veinticinco días antes de celebrarse las primeras elecciones democráticas-, y posiblemente, asesinado dos o tres días antes.

No le dejaron votar, aquellos que ahora dicen que hay que buscar una solución democrática, asesinaron a una persona antes de que pudiera votar. Vaya ironía más cruel ¿verdad?.

Otro aspecto a reseñar. A raíz del secuestro y asesinato de mi abuelo se rompe la unidad que había existido en las familias de nuestro entorno para acometer grandes empresas económicas. A partir de entonces hay una diáspora física, porque la gente se marcha, e intelectual, porque cada uno ya sólo piensa en nadar y guardar la ropa.

Es decir, persecución, limpieza ideológica y dictadura del miedo para que solo queden en esta tierra española los nacionalistas, dejándoles así el espacio libre para crear un país independiente. Utilizando un símil futbolístico, esto sería ganar el partido por incomparecencia del contrario. Lo asqueroso es que la incomparecencia es por asesinato de personas, a manos de ETA, por defender sus ideas contrarias al nacionalismo y por la lógica huida de muchos que al sentirse amenazados se tenían que ir para salvar su vida. Asqueroso.

Por dar algún dato de que lo que digo es la realidad y que no me siento respaldado por el Gobierno del Sr. Landa como familiar de víctima del terrorismo que soy diré que en 2014 este Ayuntamiento se negó a poner placas con el nombre de las víctimas del terrorismo, eso sí, miran para otro cuando se exalta a los terroristas de ETA en nuestras calles.

Incluso daré un dato de lo inhumanos que son estos terroristas de ETA que tanto hablan de Derechos Humanos. Por lo que me cuentan la autopsia reveló que tenía hierba en el estómago, indicación clara de que tuvo que alimentarse con lo que tenía a su alcance en el lugar donde lo tuvieron secuestrado. Si todos los secuestros son en sí mismos una tortura para la víctima, en el caso de Javier de Ybarra la banda asesina se ensañó con el secuestrado y se comportó con especial crueldad. Derechos Humanos piden los asesinos, alucinante, No diré más pues me puedo calentar y este periódico merece un escrito serio y por ello me voy a contener,

Podríamos seguir así hasta el infinito y más allá pero no quiero robar más espacio a este periódico que tan bien se ha portado con nosotros, las víctimas del terrorismo. Solo diré para acabar que voy a seguir en la defensa de las libertades en mi tierra, que nunca me he puesto de perfil ni ante ellos ni ante los nacionalistas. Que estoy orgulloso de ser un Ybarra, de pertenecer a una familia que me ha enseñado el amor a mi tierra y a mi país, España.

Sr. Landa le hago una pregunta: ¿Ud. estaría de acuerdo en que aquellos que se han tenido que ir de nuestro municipio por la lacra terrorista Etarra puedan volver a votar en su municipio que es Getxo? Ahí se lo dejo Sr. Alcalde. Yo lo tengo claro, por supuesto que sí porque yo siempre con las víctimas del terrorismo. ¿Y Usted?