Alfredo López de Gereñu y Josu Esnaola recibirán el premio Argia Ereiten 2015 como reconocimiento a la puesta en marcha, hace 19 años, del proyecto Berbalaguna, tras decidir impulsar en el municipio una experiencia que se estaba desarrollando en San Sebastián. Nacidos en Guipúzcoa, los dos han pasado su vida en Getxo, donde se instalaron hace 30 años por cuestiones laborales.

Profesores de euskaltegi -Alfredo en el municipal de Getxo, y Josu en el municipal de Leioa-, su trayectoria profesional y personal siempre ha estado unida al euskara. Ambos se muestran muy contentos porque recibirán el Premio Euskara, a propuesta del movimiento a favor del euskera del municipio, el próximo martes, 1 de diciembre, a las 20:00h., en el  acto que tendrá lugar en el salón de actos del polideportivo Fadura.

“El euskara es uno de los ejes de mi vida y recibir un premio en ese ámbito es motivo de alegría” ha confesado Alfredo. Josu no lo esperaba y ha sido una sorpresa, “porque haces estas cosas porque crees que son necesarias para el euskara y, de repente, recibir un premio por ello da mucha alegría. Esto nos dará fuerza para seguir adelante en otros proyectos”, añade Esnaola.

Los dos se han dedicado, tanto en sus trayectorias profesionales como personales, al impulso y difusión del uso del euskara y, por eso, siempre han participado en asociaciones y proyectos relacionado con ello (Bizarra Lepoan, Egizu, ALBE, Azebarri..). Hace 19 años pusieron en marcha Berbalaguna, con el objetivo de agrupar a personas que estaban estudiando euskera con las que lo sabían para que practicaran “porque en aquella época empezamos a trabajar para impulsar el euskera. Tras salir la revista Bizarra Lepoan, la asociación con el mismo nombre se dedicó a organizar actividades con ese objetivo. Al principio la intención era ofrecer actividades en euskara; se apreciaba su necesidad, al ser la oferta de tiempo libre mayoritariamente en castellano”, recuerda Josu.

Puesta en marcha de Berbalaguna

Al mismo tiempo, Alfredo tenía que hacer un trabajo final para el máster sobre Planificación Lingüística. Tuvo conocimiento de la existencia del proyecto mintzalaguna y de los preparativos para iniciativas similares en Aretxabaleta y Vitoria. El origen de éstas era las parejas lingüísticas de castellano y alemán, impulsadas por la Academia Tandem. Tras analizar esas experiencias, “vimos que eran muy apropiadas para Getxo porque teníamos muchas y muchos estudiantes que no tenían oportunidad de practicar en la calle. Por eso, planteamos la idea primero en Bizarra Lepoan y luego en los euskaltegis, y la llevamos a la práctica aunando dos aspectos, poder realizar actividades de ocio en euskara, y a la vez, poder hablar en euskara”, explica Alfredo.

Alrededor de 100 personas se sumaron a la puesta en marcha de la iniciativa, superando las expectativas iniciales. “Fuimos los primeros en Vizcaya, y no imaginábamos que se podía convertir en lo que es hoy en día”, continúan los dos amigos. Y es que Berbalaguna se ha extendido a muchos ámbitos; además de los grupos de estudiantes (casi 300, repartidos en 28 grupos), se juntan grupos de familias, niños/as, y jóvenes para hablar en euskera y realizar una amplia oferta de actividades (culturales, deportivas y de ocio). También se ha extendido fuera del municipio y funcionan en muchas localidades del País Vasco. “Preparar las actividades de manera adecuada y la necesidad pueden ser las llaves del éxito de este proyecto, porque todavía muchos estudiantes no tienen gente alrededor con la que hablar, y en todo proceso de aprendizaje de un idioma, es imprescindible el poder practicar”, ha señalado Alfredo.

Presente y futuro

Tanto Alfredo como Josu creen que en el municipio se ha avanzado bastante en el ámbito del euskera, pero que queda un largo camino por recorrer, y por eso todavía son necesarios proyectos como Berbalaguna. Josu ahora anda inmerso en el impulso de este proyecto en Leioa, con el nombre de Berbaldun, “porque es muy importante que las y los vasco parlantes nos acerquemos a la gente que está aprendiendo, para ayudarles a adentrarse en el mundo euskaldun”, y Alfredo, en el proyecto de huertos ecológicos, Sortuak, que fusiona la agricultura, alimentación, relaciones y euskara.