Romo1

El Blog kulturasino.blogspot.com.es se ha hecho eco de una información publicada por una empresa de Arquitectos Técnicos con experiencia en la gestión de procesos constructivos.

En dicho artículo se habla de «la letra pequeña del acero corten». Un material que se empleará en la estructura del Aula de Cultura de Romo.

El acero resistente a la corrosión atmosférica o acero patinable -conocido como acero corten en alusión a una marca comercial- es un tipo de acero muy resistente que incluye en su composición química aportes de níquel, cromo y cobre, que colocado a la intemperie desarrolla una fina película de óxido que le proporciona ese característico aspecto rojizo y que actúa como capa protectora frente al avance de la corrosión hacia el interior de la pieza.

Los experto aseguran que «son dos los tipos de lesiones asociadas al uso del acero corten». Por un lado están las manchas de óxido, popularmente conocidas como chorreones, y por otro la corrosión del propio material.

La formación de manchas puede producirse durante las dos primeras fases del proceso de oxidación -en los primeros años cuando gran parte del oxido que se origina se desprende de la chapa cambiando su tonalidad y alcanzando un tono marrón-. Debido a este proceso, el oxido al ser arrastrado por el agua de lluvia da lugar a los vistosos chorreones, de difícil limpieza.

Para combatir este problema los fabricantes ofrecen la posibilidad de aplicar un tratamiento acelerante que reduce la duración de las primeras fases, o el llamado “baño de paro”, que detiene el proceso de oxidación, al disponer una barrera que evita el contacto del acero con la atmósfera exterior. Sin embargo, ambos tratamientos consisten en la aplicación de barnices, los cuales comienzan dando un buen comportamiento pero que, con el tiempo, van dándole un mal aspecto al material.

La patología más preocupante: La Corrosión

Los expertos en la materia advierten de que la patología más preocupante es, sin duda, la corrosión del material. Informan que la película protectora requiere para su adecuada formación una serie de ciclos de mojado y secado frecuentes. Esta condición hace totalmente desaconsejable el uso de acero corten en zonas próximas al mar y zonas expuestas a lluvias muy frecuentes, o con alto nivel de condensación, así como su colocación en paramentos horizontales que puedan acumular agua o polvo, en elementos enterradas, o en contacto directo con cubiertas de madera. Cada uno de estos contextos constituye un ambiente hostil para la formación de la pátina, favoreciendo los focos de corrosión.

Igualmente existen tratamientos de protección para atmósferas agresivas, pero son barnices con un periodo de vida limitado que tarde o temprano perderán su efectividad, condenando al material a corroerse.