Uno de los anillos sustraídos tenía un valor cercano a los 200.000 euros y fue vendido a un establecimiento de compra-venta por 300.

Una mujer de 38 años de edad y a un varón de 31 fueron detenidos el pasado 23 de abril, por su implicación en sendos robos de joyas registrados en dos domicilios de Bilbao y Getxo respectivamente, donde ella trabajaba como empleada de hogar. El material sustraído, entre el que se encontraba un anillo cuyo valor rondaría los 200.000 euros y que ha podido ser recuperado, fue posteriormente vendido en distintas compra-ventas de oro.

Las investigaciones realizadas han llevado también a la detención del propietario del establecimiento que adquirió la mayor parte de la mercancía robada, un varón de 53 años, tras detectar irregularidades en las operaciones y considerar que era conocedor de la procedencia ilícita de las joyas.

A finales del mes de marzo se personó en dependencias policiales una vecina de Bilbao para denunciar que había sido víctima de un robo en su domicilio. Ese día se había percatado de que un anillo de un importante valor que poseía  no estaba el lugar habitualmente asignado, pudiendo comprobar posteriormente que eran numerosas las joyas que le habían sustraído.  Pocos días después se pudo averiguar que también se había producido un hurto de similares características en la vivienda de la hija de la víctima ubicada en Getxo.

Las indagaciones llevadas a cabo por la Ertzaintza tras conocer lo ocurrido llevaron a la sospecha de que una mujer que trabajaba como empleada del hogar en los dos domicilios afectados y su pareja podían estar relacionados con la desaparición de la mercancía. Tras realizar las necesarias verificaciones el día 23 de abril se procedió a la detención de éstos, pudiendo saber que el material robado no estaba ya en su poder habiendo sido vendido en diferentes establecimientos de compra-venta de oro ubicados en la capital vizcaína.

En el transcurso de la investigación se  averiguó que la mayor parte de las joyas, entre las que se encontraba una sortija con un diamante engarzado cuyo valor rondaría los 200.000 euros, habían sido adquiridas por un mismo establecimiento y el responsable de este había pagado por dicho anillo a los arrestados alrededor de 300 euros, alegando que la piedra carecía de valor. Dicha joya pudo ser recuperada y ante las numerosas irregularidades en las operaciones realizadas por el gerente de este comercio se procedió también a su arresto, al determinar los investigadores que  era conocedor de la ilicitud de la procedencia de las joyas compradas.

Tras llevar a cabo las necesarias diligencias en dependencias policiales los tres arrestados fueron puestos a disposición judicial.