La abuela materna de una menor mantiene la esperanza de recuperar a su nieta, la misma a la que cuidó hasta los 6 años. Fue el pasado 10 de abril de 2014 cuando la Diputación trasladó a su hija la peor noticia de su vida. A su pequeña se la estaban llevando en ese momento del centro escolar. La comunicación se produjo en una reunión con la propia institución foral a la que había sido convocada por carta, con solo un día de antelación, para tratar el estado de “desamparo” que supuestamente estaba sufriendo la menor. En el escrito no se especificaba nada más.

Según el testimonio de la progenitora, sin haberse producido ninguna notificación previa, la menor fue trasladada por los servicios de la Diputación desde el colegio San Bartolomé de Leioa hasta un hogar de acogida de Barrika, donde permaneció un año y dos meses -hasta el 19 de junio del 2015-. Actualmente se encuentra en acogimiento con los abuelos paternos en Ermua puesto que el padre habría decidido desentenderse.

Todo comenzó a raíz de unos “desajustes en la conducta” de la niña detectados en un centro educativo. La madre ha asegurado haber sido ella la primera que solicitó la realización de pruebas a la menor para descartar que los “desajustes” en su pequeña pudieran estar relacionados con “altas capacidades” de la alumna –más popularmente conocido como menores superdotados-.

La cosa se complicaba aún más con los diferentes resultados que mostraban los informes de las diversas pruebas realizadas. Los que maneja Educación no detectan en la menor “altas capacidades”, mientras los emitidos por un centro externo -fuera de la red de Educación- concluyen que sí.

El segundo aspecto que ha levantado las sospechas de este medio sobre este caso es el relacionado con el derecho de los padres a recurrir las tutelas de los menores. La Diputación ha informado a esta redacción que todos lo padres pueden realizar estos recursos. “En este caso la madre ha recurrido muchas veces y no le han dado la razón nunca” han explicado. Sin embargo, la madre ha asegurado que nunca pudo recurrir la tutela y que “lo único que he recurrido es el tema de las visitas para poder verla en más ocasiones».

La denunciante empezó viéndola en un punto de encuentro todos los domingos al mes, hora y media vigilada y la abuela y el tío cada 15 días. “Actualmente, como se la han dado en acogimiento a los abuelos paternos; yo la veo solo cuatro horas al mes, siempre en presencia de una persona. La abuela y el tío dos horas al mes, también vigilados por una persona de manera continua” ha explicado.

Hay otro elemento que sorprende. Desde la institución foral alegan que la madre padece “trastorno de la personalidad paranoide” y que «no está bien». Sin embargo, este medio ha podido constatar que no existe ningún informe médico ni clínico que certifique esta circunstancia.

“No hubo notificación”

Aunque desde la Diputación informan al Diario digital de Getxo que sí se notificó previamente sobre el hecho de que la menor iba a ser trasladada a un centro foral porque “siempre hay notificación y siempre se notifica”, la madre ha mostrado a este medio la única carta que recibió el 9 de abril de 2014 donde únicamente se le convocaba al día siguiente a una reunión por el “desamparo” de la menor. “Fue en esa reunión donde me dijeron: en este momento se están llevando a tu hija del colegio”.

La abuela materna, que reside en Getxo, fue quien cuidó de la pequeña hasta los 6 años. Desde entonces han pasado otros seis.

El juicio está previsto que se celebre el 12 de enero de 2017, siempre y cuando no se vuelva a retrasar. De momento la Diputación ya habría dejado claro a la madre que la menor no volverá con ella hasta tener la mayoría de edad.