Que Amaia Aguirre está donde está por ser nieta de quien es no es ningún secreto. Y como su abuelo será siempre un referente dentro del nacionalismo vasco, su nieta será exhibida por el partido como descendiente de aquel Napoleontxu al que se le cayó el pantalón cuando los nacionales rompieron el cinturón.
De hecho, la cúpula del PNV ha contado con ella, entre otros alcaldes y burukides, para formar parte de la Delegación del PNV que ha acudido a Roma al Congreso del Partido Demócrata Europeo.
Mejor hubiera sido que la nietísima hubiera aprovechado el viaje a Roma para poder vender Getxo como ejemplo de gestión municipal por parte de su formación durante los más de tres años que lleva como primer edil. Sin embargo, su gestión al frente del consistorio ha sido tan nefasta que casi ha sido mejor mostrarla en un segundo plano.
Y es que una vez más la prioridad de la Alcaldesa de Getxo es el partido, por encima de Getxo. Acudirá donde le pida el partido de su abuelo, hará lo que le pida el partido de su abuelo, decidirá en base a los intereses del partido de su abuelo. Y lo hará aunque dichas decisiones afecten al municipio que dirige.
Con el paso del tiempo, tras décadas de Gobiernos nacionalistas en el municipio, se aprecia que la decadencia de Getxo ha sido progresiva. Si bien todos los dirigentes nacionalistas de la democracia se han aprovechado del buen nombre y prestigio que tenía Getxo antes de que ellos gobernasen, a medida que el tiempo sigue pasando esa herencia se agota y lamentablemente Getxo ya no es el municipio de referencia de la comarca. Los gobernantes nacionalistas han ido dejando que el resto de municipios igualen e incluso superen a Getxo en calidad de vida y servicios. Y ello se debe básicamente a que todos ellos, también Amaia, han preferido gobernar para los intereses del partido en lugar de para el pueblo.