En una muestra más de su desconexión con la realidad cotidiana de los vecinos de Getxo, EH Bildu ha difundido una nota de prensa denunciando una sanción impuesta por el Ayuntamiento tras realizar una pintada ilegal en las escaleras de Villamonte. La formación soberanista ha calificado esta acción como “creación artística”, cuando en realidad se trató de una intervención propagandística y sectaria, ajena al interés general del municipio.
La pintada, realizada el 29 de noviembre de 2024 con la bandera palestina, no fue una obra artística ni una expresión cultural. Fue, simple y llanamente, una apropiación ilegítima del espacio público con fines ideológicos. El Ayuntamiento actuó con proporcionalidad al ordenar su retirada y sancionar a sus responsables, tal como corresponde en un Estado de Derecho. El PP, además, solicitó al Ayuntamiento que se tomaran medidas y se sancionase a Eh Bildu una vez que esta formación se atribuyó la autoría de la pintada.
Lo más grave no es la pintada, sino el uso político que EH Bildu Getxo hace de los conflictos internacionales para desviar la atención de su falta de propuestas y soluciones para los verdaderos problemas de Getxo. Mientras nuestros vecinos lidian con cuestiones urgentes, EH Bildu prefiere alimentar su retórica internacionalista, apoyando sin matices a una parte en un conflicto complejo como el de Oriente Medio, e ignorando el sufrimiento de las víctimas israelíes del terrorismo de Hamás.
Resulta hipócrita que EH Bildu acuse al Ayuntamiento de “criminalizar la solidaridad”, cuando lo que se sanciona es la ocupación ilegal del espacio público, no las ideas. Defender la legalidad no es censura, es responsabilidad. Además, comparar la respuesta institucional a la guerra de Ucrania con el caso palestino-israelí revela una preocupante falta de rigor y de empatía. Ucrania es una democracia atacada por una potencia invasora. Israel, una democracia plural, está respondiendo a una organización terrorista que secuestró, torturó y asesinó a más de mil civiles el 7 de octubre.
La equidistancia de EH Bildu raya en el cinismo cuando no solo evita condenar esos crímenes, sino que intenta encubrirlos bajo el manto del arte y la solidaridad. Resulta escandaloso que en vez de centrarse en ayudar a los ciudadanos de Getxo, promuevan concentraciones con lemas como “Palestina askatu, genozidioa gelditu”, un eslogan que simplifica de forma grotesca una tragedia humanitaria compleja, y que demoniza a un Estado reconocido internacionalmente.
Getxo merece representantes que defiendan su bienestar y trabajen por sus prioridades. No es aceptable que el espacio público se utilice como lienzo para disputas ideológicas importadas, ni que el municipalismo se convierta en este lamentable espectáculo que ofrece Eh Bildu.




