Lo que durante años fue una promesa institucional, hoy se desinfla entre excusas técnicas, falta de previsión política y soluciones de urgencia. El Arenas Club, tras su ascenso a Primera RFEF, jugará sus partidos en Fadura. El Ayuntamiento de Getxo, a través de Getxo Kirolak, ha decidido posponer —una vez más— la tan anunciada obra de ampliación y mejora del campo de Gobela, hogar histórico del club centenario de Getxo.
La decisión se conoció en la última comisión informativa de la Junta Rectora de Getxo Kirolak, donde su presidente, Álvaro González (PNV), confirmó que el Arenas «ha aceptado jugar en Fadura», aunque sin obtener el uso exclusivo de las instalaciones. “Se concede prioridad, pero no exclusividad”, dijo el concejal, escudándose en el carácter público del recinto.
Gobela, siempre en la lista de espera
Según los estudios realizados a principios de junio por parte de Getxo Kirolak, cumplir los requisitos federativos en el campo original del Arenas costaría 4 millones de euros. La necesidad de instalar césped natural, añadir una tribuna y reforzar la estructura del forjado, exigían, según González, una reforma de calado que no era asumible a corto plazo.
Además, «el uso de césped natural o mixto no permite el uso intensivo que se hace en un campo de hierba artificial», lo que obligaría a reubicar a todas las categorías inferiores del Arenas y del Romo.
«¿Por qué no se actuó antes? La necesidad de adecuar Gobela no es nueva» se queja un aficionado al Arenas que escribe al Diario de Getxo.
La promesa de su ampliación fue lanzada por el propio partido gobernante hace muchos años. Desde entonces, ni proyecto, ni licitación, ni presupuesto. Solo palabras y promesas vacías.
Fadura: solución expréss
El Arenas jugará ahora en Fadura, en un campo que será adaptado por un millón de euros, con obras que comenzarán “tan pronto como se disponga del presupuesto”. No se requerirá autorización de URA, ya que se trata, según Getxo Kirolak, de actuaciones de mantenimiento sin aumento de volumen edificatorio. La capacidad se ampliará a 3.000 espectadores y el campo debería estar listo para el 15 de enero, fecha tope marcada por la Federación.
Lo que en realidad se esconde tras esta operación es una solución improvisada, resultado de años de inacción. No se ha invertido en Gobela, y ahora las prisas empujan al Arenas a salir de su casa.
Afición decepcionada y molesta
Aunque el acuerdo todavía no se ha hecho público en la mayoría de medios, el Diario de Getxo se ha anticipado a informar de los detalles y ha recogido las primeras reacciones entre la afición. Y el malestar es evidente:
“Queremos un campo acorde a lo que somos: un club histórico”
“Lo prometieron hace años, y no han hecho nada. Ahora corren con una solución provisional porque no planificaron a tiempo”
“Nos mandan a Fadura por su falta de previsión. Esto no es una solución, es un parche”
En las gradas y en las redes, el sentimiento de abandono es generalizado.
La historia de un club que fue campeón de Copa en 1919 y uno de los fundadores de la Primera División, hoy queda reducido a una promesa incumplida y un traslado temporal.
📊 ENCUESTA: ¿Debe el Ayuntamiento cumplir ya su promesa con Gobela?




