Mientras las fiestas del Puerto Viejo de Algorta vuelven a llenar sus calles de ambiente, música y alegría, un pequeño pero insistente grupo de activistas pretende empañar el que, año tras año, es el acto más esperado y multitudinario: la Sokamuturra. Bajo el nombre de “Sokamuturra Ez”, esta asociación ha convocado una concentración el próximo lunes 11 de agosto para exigir al Ayuntamiento la eliminación de esta prueba con arraigo, alegando supuestos casos de maltrato animal.
Nada nuevo bajo el sol. Desde hace meses, estas organizaciones autodenominadas “animalistas” insisten en criminalizar una tradición que no solo cumple estrictamente con la normativa vigente, sino que forma parte del patrimonio cultural de Getxo y de la memoria colectiva de varias generaciones.
En su nota de prensa, Sokamuturra Ez repite una serie de tópicos y afirmaciones sin respaldo real:
“No es tradición, es sufrimiento”. Un argumento que ignora años de historia y la implicación de cuadrillas, peñas y familias enteras. La Sokamuturra no tiene como objetivo infligir dolor al animal, sino ofrecer un espectáculo controlado y regulado.
Transporte y estrés de las vaquillas. Las empresas ganaderas que participan cumplen con todos los requisitos de bienestar animal exigidos por la ley. Las condiciones de traslado, manejo y tiempo en pista están supervisadas y sujetas a estrictos controles.
“Prueba basada en el maltrato”. Equiparar la Sokamuturra a prácticas ilegales o crueles es una manipulación deliberada. El trato al animal se desarrolla bajo parámetros que evitan daños físicos y buscan minimizar el estrés.
La realidad es que la Sokamuturra no divide a la mayoría de vecinos, a pesar de que en todas sus intervenciones hacen ver que la mayoría del pueblo está en contra de la misma. La encuesta abierta del Diario de Getxo, con casi 400 votos ya emitidos, muestra que la mayoría de los participantes quiere que la tradición continúe. Este apoyo social es visible cada año, cuando cientos de personas abarrotan el Puerto Viejo para seguir la prueba y participar en un evento que es seña de identidad del lugar.
Defender la Sokamuturra no significa negar la importancia del bienestar animal. Significa reconocer que tradición y respeto pueden convivir. Hay margen para introducir mejoras —reducción de tiempos, transporte más cómodo, manejo más cuidadoso— sin necesidad de sacrificar una de las joyas festivas de Getxo.
Quienes hoy piden su prohibición con pancartas y consignas, mañana podrían exigir el fin de cualquier otro acto cultural que no encaje en su ideología. Si cedemos ante la presión de minorías ruidosas, corremos el riesgo de vaciar nuestras fiestas de aquello que las hace únicas.
La Sokamuturra es, y debe seguir siendo, parte viva del Puerto Viejo. Las tradiciones no se borran con firmas. Más bien se protegen, se cuidan y se adaptan sin perder su esencia.
La encuesta sigue abierta. Puedes votar y dar tu opinión aquí: https://t.me/diariogetxo/2896




