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Recorte drástico de la plantilla de hondartzainas mientras los usuarios de Ereaga siguen padeciendo la lacra de la delincuencia importada

La Diputación Foral de Vizcaya ha reducido a la mitad el número de hondartzainas —agentes encargados de la seguridad en las playas— en todo el territorio. Mientras hasta el 2021 el servicio contaba con 30 efectivos, desde entonces la plantilla encargada de la labor de seguridad en las playas vizcaínas se ha reducido a 14, de los cuales únicamente trabajan 8 por jornada, según la propia nota de prensa emitida por la institución al inicio de la temporada de baño.

Este recorte se produce en un contexto en el que la inseguridad preocupa cada vez más a los usuarios de algunos arenales, especialmente en Ereaga, por tratarse de la playa con mayor tasa de robos de toda Vizcaya. Vecinos y bañistas denuncian que la vigilancia actual es claramente insuficiente para prevenir hurtos y garantizar una respuesta rápida ante cualquier incidencia.

Hoy, un medio de comunicación subvencionado -El Correo- habla de una oleada de robos en Ereaga en lo que llevamos de verano -nada nuevo hasta el momento por ser algo conocido- pero emplea un enfoque que sorprende al lector al dejar entrever que esta lacra que sufre Ereaga se debe a la ubicación de la playa por su carácter urbano. El medio oculta que estos robos son consecuencia de un grave fenómeno de delincuencia importada que sufre el municipio provocado concretamente por ciudadanos magrebíes que generan una y otra vez un grave problema de inseguridad no sólo en el arenal algorteño sino también en las calles del municipio.

La reducción de hondartzainas, aunque afecta a todos los arenales de Vizcaya, perjudica especialmente a Getxo por ser, como decimos, la playa con más delincuencia -la de Ereaga-. Así, mientras existe carencia y falta de agentes de playas -debido al recorte aplicado por la Diputación-, la policía municipal tiene que encargarse de este problema creciente no pudiendo dedicarse a otras labores al tener que destinar sus recursos humanos a pasear por el arenal camuflados de bañistas para hacer un trabajo que deberían hacer los hondartzainas.