En el escudo oficial del Ayuntamiento de Getxo, junto a las figuras y símbolos que representan su historia, figura un lema en euskera: “Kalteа dagianak bizarra lepoan”. Traducido literalmente significa: “El que hace mal, lleva la barba sobre los hombros”, una alusión a quien debe mirar constantemente hacia atrás para cuidarse de aquellos a quienes ha causado daño.
No es un adorno anecdótico. Es una advertencia moral, un recordatorio para quienes ejercen poder sobre la comunidad. Y, sin embargo, la actual gestión municipal y la alcaldesa Amaia Aguirre parecen haber olvidado su propio estandarte a pesar de que más de 40% de ciudadanos considera que el municipio ha ido a peor en los últimos 4-5 años.
La última encuesta encargada por el Ayuntamiento —presentada con titulares complacientes y lectura sesgada— no logra esconder el malestar ciudadano. Suspensos en vivienda, urbanismo, limpieza, seguridad, honradez y eficiencia; barrios que sienten el deterioro y una percepción generalizada de que Getxo no mejora, sino que se estanca o empeora.
Aguirre, heredera de una saga política histórica vinculada al PNV, se ha mantenido blindada de la crítica directa en ese sondeo, como si la figura de la alcaldesa fuera intocable. Pero el desgaste está en la calle. Y el escudo de Getxo, con su lema, parece hablarles hoy a ella y a su equipo en su mensaje donde viene a recordar que quien causa daño, termina girándose una y otra vez para vigilar su espalda.
Si la heráldica es algo más que una reliquia decorativa y si de verdad creen en los valores que dice representar deberían mirar hacia atrás, reconocer el daño y tener la dignidad de dar un paso al lado. No por presión política, sino por respeto a la historia y al honor que el propio emblema municipal exige.




