Un vecino de Getxo ha denunciado públicamente los abusos que, según afirma, cometen algunos conductores en el uso de las plazas reservadas para personas con discapacidad, especialmente en las calles Ibaibide y Amaia, en Las Arenas. Este ciudadano reclama “mayor control y conciencia” ante lo que considera “una falta de respeto y un uso egoísta de un recurso pensado para quienes realmente lo necesitan”.
Según relata, algunas personas estarían haciendo un uso inadecuado de la tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad ya que utilizan estas plazas “como si fuesen un parking particular privado”, dejando sus vehículos estacionados durante días, incluso semanas, sin moverlos. “No les vale dejar el coche durante un tiempo corto. Aun teniendo sitio para aparcar en la Zona Azul, vienen sin la persona titular de la tarjeta, y eso se nota, porque para que te la concedan tienes que tener una afectación de movilidad importante”, explica el denunciante, que asegura hablar “por experiencia propia”.
El ciudadano añade que, según la normativa, las plazas reservadas deben usarse únicamente cuando la persona titular de la tarjeta viaja en el vehículo, y no como aparcamiento habitual. “Cuando te conceden la tarjeta en Diputación, y vas con el papeleo a la Policía Local, te lo dejan claro: solo puede usarse con el titular, y para coger o dejar, no para dejar el coche días y días”, recuerda.
El denunciante ha aportado imágenes de varios vehículos [puedes verlos en nuestros canales de WhatsApp o de Telegram] que, asegura, llevan entre 15 y 20 días estacionados en plazas reservadas sin moverse. Uno de ellos permanece en la calle Ibaibide “con un parasol puesto desde hace 20 días”, mientras que otro vehículo “lleva 15 días sin moverse” en la misma zona. También denuncia un caso en la calle Amaia 2, donde “el titular de la tarjeta es un joven sin carnet que está ingresado en una residencia, pero el coche lo conducen su hermano y su padre, aparcando sin el titular y dejando el vehículo días y días”.
El vecino lamenta que este tipo de conductas perjudiquen a quienes realmente necesitan esas plazas para su movilidad diaria. “A ver si con la publicación de la noticia se dan por aludidos y en vez de mirar solo por su comodidad, piensan en los demás. Estas injusticias me enervan”, concluye.
