La publicación este domingo en el Diario de Getxo de un vídeo en el que se observaba una nube de polvo procedente del Puerto de Bilbao desplazándose hacia la costa del municipio ha reavivado el debate sobre el impacto ambiental de las actividades portuarias y los proyectos industriales previstos en la zona. La grabación ha generado preocupación entre vecinos y grupos políticos por la posible contaminación del aire y el riesgo para la salud pública ante el traslado o instalación de plantas como las de Sader, Profersa o Agaleus.
El Ayuntamiento de Getxo, el Partido Popular local y otros grupos municipales presentaron en su día alegaciones contra estos proyectos, señalando el riesgo de un posible aumento de la contaminación atmosférica y la necesidad de estudios de impacto ambiental más rigurosos.
El Diario de Getxo ha solicitado al Ayuntamiento una valoración sobre la situación actual y las alegaciones presentadas, pero hasta el momento no ha obtenido respuesta. Por su parte, desde el grupo municipal popular se ha indicado que las alegaciones aún no han sido respondidas por parte de las autoridades competentes.
Ante la polémica, la empresa Agaleus ha emitido una nota aclaratoria en la que subraya que su proyecto “no incorpora ningún foco de emisión vinculado con su proceso industrial de gestión de residuos”, tal como consta en la documentación publicada en el Boletín Oficial del País Vasco.
Según la compañía, la planta Agaleus Circular Thinking, que se proyecta en el Puerto de Bilbao, contará únicamente con dos focos: una caldera —“como las habituales en cualquier vivienda o actividad industrial”— y un sistema de aireación de una de las naves. El consumo anual previsto de gas natural sería “equivalente al 0,8% del consumo de gas natural de las viviendas del municipio de Getxo, es decir, el consumo de unas 250 viviendas”.
Agaleus también aclara que ni Profersa ni su actividad de fabricación de fertilizantes se trasladarán al Puerto de Bilbao, desmintiendo así una de las afirmaciones más repetidas en los últimos días. En cuanto a Sader, la empresa confirma que “no se traslada”, y que su actividad actual en Zorroza “acabará sus días allí”, mientras que el nuevo proyecto en el Puerto “no es un traslado, sino una instalación con tecnología innovadora centrada en la circularidad y valorización de residuos industriales”.
La compañía sostiene que su iniciativa, con una inversión de 20 millones de euros, se enmarca en un modelo de economía circular y sostenibilidad, y que se convertirá en “referencia en el Estado por su enfoque innovador en la gestión y optimización de residuos”.
Mientras tanto, en Getxo persiste la inquietud entre vecinos y colectivos ecologistas, que reclaman mayor transparencia y garantías sobre la calidad del aire, especialmente ante las condiciones meteorológicas que facilitan el desplazamiento de partículas desde el Puerto hacia el municipio.
El debate sobre la ubicación de este tipo de industrias y su impacto ambiental continúa abierto, a la espera de que las autoridades ambientales respondan a las alegaciones y clarifiquen los términos del proyecto.




