La instalación de la noria estas Navidades ha devuelto a Getxo al foco mediático y ha generado expectación entre vecinos y visitantes. Sin embargo, esta novedad, aunque positiva, vuelve a poner en evidencia una realidad que se repite año tras año. Y es que Getxo sigue sin ofrecer una experiencia navideña completa y ambiciosa, acorde a su tamaño, su potencial turístico y su peso comercial.
Este año, municipios cercanos como Bilbao, Barakaldo o Santurce vuelven a apostar por pistas de hielo como uno de los grandes atractivos de estas fiestas. En cambio, Getxo continúa sin disponer de una pista de hielo, una ausencia difícil de entender cuando existe demanda y ejemplos cercanos de propuestas que atraen a público de todas las edades.
A esta carencia se suma la falta de un mercado de Navidad estable, que permanezca abierto durante todas las fiestas y no como una iniciativa puntual o limitada en el tiempo. Un mercado bien planteado, con productos locales, artesanía y gastronomía, podría convertirse en un punto de encuentro para vecinos y visitantes y un impulso directo para el comercio y la hostelería del municipio.
Otro de los aspectos a mejorar es la concentración de las propuestas en Las Arenas. Si la noria y el PIN ya se sitúan en este barrio, resultaría lógico complementar la oferta con iniciativas en otros puntos del municipio para acercar la Navidad a todos los barrios. Algorta y Andra Mari cuentan con espacios adecuados para albergar actividades navideñas o puestos festivos, y en general podría valorarse ubicar una futura pista de hielo en distintos barrios como puede ser Zubilleta, por ejemplo.
La cuestión de fondo no es la falta de ideas, sino la voluntad política de apostar por un modelo más ambicioso y bien promocionado que sitúe a Getxo como destino atractivo durante las fiestas. Convertir al municipio en un referente navideño supondría un impulso clave para el comercio local, especialmente en un periodo decisivo del año.
La noria es un buen primer paso, pero no es suficiente. Para construir una Navidad más completa, Getxo debe arriesgar más y pensar en propuestas que inviten a quedarse, recorrer y disfrutar.
