La Asociación de Vecinos de Romo reprocha a los arquitectos de la Casa de Cultura que se hayan puesto del lado del pagador y no de la ciudadanía. «Ya sabemos que a quien tienen que vender el proyecto es a quien les paga y en este caso es el Ayuntamiento de Getxo. Dice el refrán que quién a buen árbol se arrima buena sombra le cobija, y eso es precisamente lo que han hecho ustedes, ponerse de cara al sol que más calienta, ponerse del lado del pagador y no del de la ciudadanía, contraria al megalucimiento del proyecto. Por tanto, ¿qué van a decirnos? Está claro, todo son elogios para su edificio y el del Sr. Landa» han explicado desde la plataforma vecinal.
Todas y todos los vecinos de Romo conocemos, obviamente, nuestra costa. Este enclave es espectacular. Hasta aquí estamos de acuerdo. Ahora bien, intentar trasladar tal inmenso paisaje a un pequeño entorno cerrado como lo es la plaza de Santa Eugenia, van “muchos acantilados”. Las personas que vivimos en éste barrio y compartimos este pequeño enclave, hemos estado acostumbrados durante casi un siglo a un edificio como el que albergaba las antiguas escuelas, de poco más de siete metros de altura, acorde con el entorno. En cambio, el megaedificio que ustedes han diseñado, supone veinticinco metros de altura, tres veces y media más que el antiguo. Es decir, hemos pasado de dos plantas al equivalente a ocho en un edificio de viviendas. Coincidirán con nosotros y nosotras que es algo completamente desmesurado, para un entorno donde prevalecen las viviendas de baja densidad, donde ochenta de ellas no sobrepasan los nueve metros.Además dicen, “la citada plaza y su entorno es un espacio amable, accesible y bien comunicado…” Ya sabemos que a quién tienen que vender el proyecto es a quién les paga y en este caso es el Ayuntamiento de Getxo. Dice el refrán que “quién a buen árbol se arrima buena sombra le cobija” y eso es precisamente lo que han hecho ustedes, ponerse de cara al sol que más calienta, ponerse del lado del pagador y no del de la ciudadanía, contraria al megalucimiento del proyecto. Por tanto, ¿qué van a decirnos? Está claro, todo son elogios para su edificio y el del Sr. Landa.Nosotros y nosotras, los que vivimos en Romo, les manifestamos que éste espacio ha dejado de ser “amable, accesible y bien comunicado” hace mucho tiempo. Sobre todo, desde proyectos descomunales, desorbitados e invasivos, como el que ustedes, sin el apoyo de la población están levantando. Edificio que satura y entierran en vida a todas y todos los vecinos del entorno y agrava el ya de por sí caótico estado de nuestras calles en cuanto a tráfico y aparcamiento se refiere.Miren, cuando las y los vecinos estén sentados en sus casas, mirando por la ventana y observando su edificio tan “amable” y “tocho” a escasamente 8 metros de su vista, entonces, se acordarán de su estética, de los puntos de vista diferentes y, sobre todo, del gusto de los demás, a los que no les afecta para nada. Y no es solo doliente para quienes viven en su entorno. También lo es, y mucho, para las y los viandantes que paseen por los alrededores ya que, no lo olvidemos, con su habilidad para trastocar las imágenes esta plaza, parece la plaza Roja de Moscú o la de Tiananmen en Pekín, pero nada más lejos de la realidad. Soportar semejante opacidad en las reducidas dimensiones de dicha plaza, lo único que conseguirá es ahogar su entrono más de lo que ya consigue con su desbordada altura. Si lo que pretenden es, como dicen, convertirse en un referente en la trama urbana, lo están consiguiendo, pero un referente del rechazo a la imposición.Y por cierto, por terminar. Decir que el acero corten tiene la virtud de la durabilidad y el bajo coste de mantenimiento, este no creo que sea mejor que el del vidrio, cuyo mantenimiento solo implica la limpieza, algo que se deberá hacer esté o no la piel de acero, un sobre gasto añadido e innecesario del todo. ¿Niegan que el acero corten ensucia, trasladando la pátina oxidada al firme de la plaza? Porque es algo obvio que se puede ver allá donde esté este material. Respecto a la mejora energética, ¿les parece que empecemos a enumerar la cantidad de edificios con fachada acristalada que existen, de titularidad pública, en los que seguro que también se ha buscado la eficiencia energética?