Big Brother

Mar 4, 2016
Miguel Malo
Miguel Malo. Periodista.

Todos sabemos que somos sujetos englobados dentro de un sistema capitalista que busca generar el mayor consumo posible. Cuanto mayor flujo de compraventas consiga una economía, más poderosa será y más se enriquecerá. El problema reside en que el avance de las tecnologías está llevando la vertiente consumista del capitalismo a límites que rozan lo moralmente ético.

Hoy en día se habla de un concepto que no todo el mundo conoce: el Big Data. Básicamente hace referencia a la ingente cantidad de datos que recopilan sobre sus usuarios o clientes las empresas que tienen los medios para hacerlo. Compilar todos estos datos y cruzarlos entre sí permite obtener información muy valiosa en forma de estadística. Las empresas venden esta información a terceros (normalmente empresas especializadas en interpretación de Big Data) y muchas multinacionales pagan por tenerla. Estos patrones permiten saber qué producto eres más propenso a comprar, qué lugares visitas, en qué tiendas pasas más tiempo, cuánto cobrarte por un producto… Permite una publicidad más individualizada y dirigida a potenciales compradores, es decir, una mejora en el impacto que produce el anunciante en los consumidores. Las empresas emplean algoritmos predictivos que aumentan el porcentaje de éxito a la hora de conseguir que la publicidad nos interese y provoque una compra.

Samsung avisó a sus usuarios de que no hablasen temas personales frente a sus Smart TV”

A veces dejamos pasar sin prestar mucha atención noticias que tienen más importancia de la que merecen. En 2015 Samsung avisó a sus usuarios de que no hablasen temas personales o sensibles frente a sus Smart TV cuando el reconocimiento de voz estuviese activado, puesto que están diseñadas para compartir esa información con un tercero; la multinacional Nuance Communications, encargada de desarrollar software de reconocimiento y transcripción de voz.

Hay más ejemplos de este estilo. Muchos usuarios de Skype sospechan que desde que la famosa plataforma fue comprada por Microsoft, la multinacional fundada por Bill Gates hace uso de la información obtenida. También se acusa a la compañía de valerse de Kinect, un periférico para Xbox que reconoce voces y gestos, para recopilar información de sus usuarios. Por supuesto Microsoft niega esta circunstancia y afirma que no pueden recabar información sin el consentimiento de los usuarios, pero, ¿qué términos y condiciones aceptamos muchas veces sin leer? Otro ejemplo muy sonoro fue la cadena de supermercados que supo predecir el embarazo de una adolescente y le envió publicidad de ropa para embarazadas y de decoración para habitaciones de bebés.

Infravaloramos la cantidad de información que producimos cada día y subestimamos el valor de la misma

Recomiendo ver la charla TED de Marta Peirano “¿Por qué me vigilan si no soy nadie?”. En ella la experta en tecnología explica que infravaloramos la cantidad de información que producimos cada día y que subestimamos el valor de la misma. Las mejores herramientas utilizadas para recabar Big Data son el smartphone y el ordenador (seguro que te suena eso de las cookies; minas de información). A través de nuestros dispositivos todas las empresas que paguen o quieran saberlo pueden disponer de nuestra posición, contactos, mensajes, apps, gustos, etc. También a través de las tarjetas de crédito y de las tarjetas de puntos pueden saber cuánto ganas, cuánto gastas, qué compras, qué comes… Toda esta información tiene un valor incalculable y es muy útil para las empresas, no solo desde el punto de vista de la publicidad, también a la hora de seleccionar un candidato para un puesto de trabajo, por ejemplo.

De momento este espionaje al que accedemos todos sin rechistar se lleva a cabo solo mediante el móvil, las tarjetas de crédito y unos pocos elementos más, pero en el futuro, gracias a los coches inteligentes, las casas inteligentes, las televisiones inteligentes, etc; todo  estará integrado y el volumen de información obtenido será mucho mayor y más preciso. La sociedad que predijo Orwell en su novela 1984 está cada día más cerca.