La piedra arenisca de la Parroquia de San Ignacio de Algorta sufre los efectos del salitre. Su ubicación expuesta le está pasando factura a la fachada frontal de la torre -no así a los laterales del edificio-, según ha informado Alfonso, un feligrés que se encarga del mantenimiento de la parroquia.
La alarma saltó con la caída de cascotes. Se han instalado unos andamios para realizar un diagnostico sobre el estado de la piedra y la enfermedad que esta pueda padecer. Con el informe que se realice se pedirá información a Patrimonio de la Diputación con el fin de acometer las correcciones necesarias.
Todo parece indicar que es el aire marino y las altas concentraciones de salitre lo que estaría afectando a la piedra arenisca del edificio. Alfonso solo espera que la Diputación no se demore mucho en dar su autorización para el inicio de los trabajos porque “mantener la instalación de los andamios cuesta mucho dinero”.