Ya éramos conocedores de la realidad de Getxo tras conocer que el Ayuntamiento lleva años ofreciendo «padrones ficticios» a los ciudadanos indocumentados que acreditasen estar en situación de «sinhogarismo», pero la Mancomunidad de Uribe Costa ha reconocido hoy en un comunicado difundido a raíz de la existencia de un asentamiento de decenas de inmigrantes ilegales en el monte que hay detrás de Fadura, que estas personas vienen a Getxo y a Uribe Costa «porque aquí reciben recursos y en otras comarcas/municipios colindantes o cercanos no».
No hace falta decir nada más para evidenciar la existencia de un efecto llamada entre la población inmigrante en situación ilegal provocando la llegada de innumerables indocumentados a nuestro municipio y comarca porque se trata del único lugar donde obtienen «recursos».
Desde la Mancomunidad dicen que «a pesar de nuestros esfuerzos, los recursos son limitados y no podemos hacer frente a esta situación solos por nuestra cuenta» y reclaman al resto de instituciones una reunión conjunta para atender esta situación. «Es esencial dotar de recursos a comarcas pequeñas como la nuestra. Por ello insistimos en la necesidad de crear una mesa en la que estén presentes otras instituciones, tercer sector y organizaciones sociales» ha expresado la Mancomunidad de Uribe Costa.
Si la situación es de una gravedad tan extrema como parece indicar la Mancomunidad de Uribe Costa, sería interesante saber por qué esta Mancomunidad y los municipios que la conforman han permanecido tan callados y en silencio hasta que la publicación en todos los medios de la existencia de una enorme población de personas indocumentadas que viven desde hace tiempo en el monte que hay entre Getxo y Berango les ha forzado a difundir este comunicado.
Todas las instituciones han querido tener escondido este asunto, incluida la propia Mancomunidad de Uribe Costa, porque no querían reconocer públicamente que el aumento de la delincuencia en Getxo y municipios de la comarca comenzó a ser especialmente notorio precisamente coincidiendo con la llegada de estas personas (la gran mayoría de origen magrebí) ocasionado por el efecto llamada de los recursos que nuestro «solidario y acogedor» municipio ofrece a todo el mundo.
Si ya estaba claro desde un principio, hoy más que nunca se puede afirmar que la delincuencia que vive Getxo es claramente delincuencia importada
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