Atalaya Ereaga S. Coop. resta valor al edificio indicando que era un inmueble del siglo XX y no del XIX y alega que la normativa para edificios sometidos a Custodia Municipal «permite cualquier tipo de actuación, incluidos el derribo y la sustitución». También explica que lo derribó sin previo aviso ni autorización como medida de «urgencia» para «evitar daños mayores por unas inundaciones»

La promotora Atalaya Ereaga Sociedad Cooperativa, responsable del ilegal derribo del histórico edificio denominado «Irurak bat» para la construcción de dos edificios de viviendas en la calle San Nikolas 11 de Algorta, ha remitido una nota para «aclarar a los vecinos de Getxo y a la opinión pública en general las informaciones erróneas que se han hecho públicas en los últimos días sobre el proyecto»

Dicho derribo –calificado como ilegal por el propio Ayuntamiento– ha sido justificado por la promotora como una medida de «urgencia» que hubo que tomar «para evitar daños mayores por unas inundaciones.

«El proyecto y la licencia otorgada en octubre de 2022 contemplaban y amparaban el derrumbe de todo el interior del edificio (de madera y afectado por termitas), su cubierta y su fachada sur. Es decir, se mantenían tres fachadas de las que el proyecto modificaba la dimensión y ubicación de los huecos para adaptarse a la nueva distribución, siempre conservando la estética original» ha explicado.

Las obras siguieron su curso normal hasta que «el 15 de mayo de 2024 una rotura de una tubería de agua provocó una enorme inundación en el solar cuyos efectos en el terreno pusieron en riesgo la estabilidad de la fachada»

Debido a ello la promotora aclara que «se produjeron algunos desprendimientos y la dirección de la obra optó por derribar el resto de la fachada para evitar males mayores y, sobre todo, para evitar cualquier daño irreparable a trabajadores o vecinos ante un posible derrumbe inesperado».

«Evidentemente, este derribo de urgencia no estaba previsto en el proyecto original ni en la licencia municipal que lo amparaba, pero el sentido común y la obligación de evitar desgracias personales a trabajadores o vecinos lo hicieron inevitable. Este derribo no afecta en nada al resultado final del proyecto, que mantendrá exactamente el estilo y el diseño de la casa antigua, elementos que aportan valor e identidad al edificio» ha declarado.

Custodia municipal

Dicho edificio estaba sometido a Custodia Municipal y en base a dos artículos del PGOU la promotora ha declarado que se permite «cualquier tipo de actuación, incluidos el derribo y la sustitución, aunque el propio proyecto y la cooperativa, en su convencimiento y apuesta por mantener la estética original, preveía y prevé mantener la composición del edificio, el acabado de la fachada, así como elementos decorativos y de herrería que aportan identidad y valor al edificio».

«Ni palacio, ni palacete, ni patrimonio histórico a proteger»

Atalaya Ereaga ha justificado que «en ningún documento público consta que dicho edificio «se denominara palacio, palacete o similar ni que fuera una muestra de patrimonio histórico a proteger».

Así mismo, prosigue que «la Diputación Foral de Vizcaya, institución garante del Patrimonio Histórico de Vizcaya y único organismo competente para declarar un edificio como patrimonio histórico, no contempla dicha edificación en su catálogo de bienes del territorio con protección especial».

Así, la promotora ha proseguido restando valor al inmueble derribado ilegalmente -sin la autorización y sin comunicación previa al ayuntamiento – rebatiendo las informaciones que indicaban que el edificio era de 1845 ya que según su criterio el cálculo debe realizarse desde el año 1942, fecha en que se realizó una reforma para la construcción de dos miradores en la fachada sur. Todo el tiempo anterior no cuenta para la promotora porque la casa sufrió un incendio en los años 30 por lo que hubo que realizar «un proyecto de reconstrucción».

Por tanto, para Atalaya Ereaga, este edificio «tal como ha sido conocido y reconocido hasta ahora era un edificio del siglo XX con 82 años de historia».

Defensa absoluta de los socios cooperativistas: «Que dos de los socios sean concejales es casualidad«

Atalaya Ereaga ha querido también salir en defensa de los socios de la cooperativa porque «no han participado ni participan nunca en las decisiones o gestiones técnicas o jurídicas de sus promociones».

«Las cooperativas de viviendas contratan a gestoras y técnicos para el desarrollo de las promociones y delegan en profesionales todas estas funciones. Los socios de este proyecto ni han decidido ni han tenido ninguna relación con el derribo de urgencia ni con otras cuestiones técnicas, competencia exclusiva de la dirección de obra. Quien diga lo contrario miente y busca hacer daño» ha explicado.

Atalaya Ereaga Sociedad Cooperativa ha negado «rotundamente» que ninguno de los socios cooperativistas haya participado en la tramitación de la licencia municipal o en conseguir un trato de favor del Ayuntamiento de Getxo. «Que dos de los socios, además de socios y adjudicatarios de una vivienda, sean concejales de dicho Consistorio es una coincidencia, nada más» ha proseguido.

«Ninguno de ambos desempeña su labor política en áreas relacionadas con el Urbanismo ni ha tenido relación con este proyecto, que en todo momento ha estado supervisado y bajo vigilancia de los técnicos municipales. Las graves e infundadas insinuaciones lanzadas públicamente han causado un daño injusto e irreparable a estas dos personas, cuya única actuación ha sido adquirir una vivienda en su municipio. Como socios cooperativistas que son, queremos denunciarlo con rotundidad y trasladarles nuestro cariño y apoyo» continúa.

«La comercialización de la promoción y la captación de socios arrancó en enero de 2023 con doce viviendas por adjudicar. Estas dos personas fueron los octavos adjudicatarios que conforman el proyecto. Y firmaron su adjudicación el 13 de marzo de 2023, mucho después de que fuera otorgada la licencia de obras en octubre de 2022» ha concluido la nota.

Comienzos

Según ha explicado Atalaya Ereaga. «todo arranca en 2019, cuando los propietarios del inmueble en cuestión decidieron ponerlo en venta»

Tras un proceso fallido con el primer comprador, que incluía ya un proyecto constructivo de Foraster Arquitectos para nuevas viviendas que respetaba el diseño del edificio original, el inmueble volvió a salir a la venta y en diciembre de 2021 hubo una puja entre varios interesados que finalmente la propiedad decidió adjudicar a la gestora de cooperativas Biurban.

El 29 de junio de 2022 Biurban solicitó licencia municipal para iniciar las obras, que fue concedida el 18 de octubre de 2022. «El proyecto contempla la rehabilitación integral del edificio existente y uno de nueva planta, ambos de seis viviendas. El edificio a rehabilitar respeta la fisonomía y el diseño del edificio original y que se levantará en el mismo lugar que el anterior, y otro nuevo que se levantará en el antiguo jardín. Es decir, el proyecto constructivo garantiza que uno de los dos nuevos edificios respetará el diseño y tendrá la misma estética que el anterior» ha explicado la promotora.


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