Dos años después de que el Ayuntamiento de Getxo anunciara la instalación de redes de voleibol en la playa de Arrigunaga, lo único que queda del proyecto son dos postes oxidados y abandonados en la arena. La supuesta apuesta por el deporte playero, aprobada en los presupuestos participativos de 2023, ha terminado convertida en chatarra a la vista de todo el mundo.
En octubre de aquel año, Getxo Kirolak presumía en una nota de prensa de haber colocado porterías y redes en Ereaga y Arrigunaga para la práctica de fútbol 5, balonmano y voley playa. La inversión alcanzó los 25.000 euros, destinada —se decía— a fomentar el deporte y a dar respuesta a una propuesta ciudadana.
La realidad, sin embargo, es bien distinta: en Arrigunaga no hay ni red, ni juego, ni mantenimiento. Solo quedan dos hierros corroídos que retratan de forma descarnada la gestión municipal.
Éste es el Getxo que nos deja la “nietísima” Amaia Aguirre, alcaldesa gracias al peso del apellido Aguirre, y el “campechano” concejal de deportes Álvaro González, responsable de Getxo Kirolak. Entre ambos han convertido una idea ciudadana y 25.000 euros de dinero público en un fracaso estrepitoso y en la metáfora perfecta de su manera de gobernar: foto, anuncio y abandono.
De la promesa a la ruina en menos de dos años. Ese es el balance.
