La ampliación del horario de las oficinas de atención ciudadana anunciada por el Ayuntamiento de Getxo el pasado mes de septiembre ha terminado en un fracaso tan previsible como anunciado.
Apenas tres meses después de su puesta en marcha, el Consistorio ha decidido volver al horario anterior tras comprobar que la medida no ha tenido prácticamente ningún uso por parte de la ciudadanía.
Según ha reconocido en la Comisión informativa de Ciudadanía del mes de diciembre la propia concejala de Gobierno Abierto y Modernización, Zaloa Campillo, durante el tiempo en que las oficinas abrieron media hora antes —desde las 07:30— y cerraron media hora después —a las 14:30—, “ha acudido solo una o ninguna persona en una de las oficinas”. Ante esta falta total de impacto, el Ayuntamiento decidió el pasado 15 de diciembre dar por finalizada la prueba.
La decisión confirma punto por punto lo que ya advirtió el Diario de Getxo en el momento del anuncio. Entonces, el periódico calificó la medida como un “maquillaje” y un parche cosmético, subrayando que ampliar únicamente el horario de mañana no resolvía el verdadero problema: la ausencia de atención en horario de tarde, que impide a muchas personas compatibilizar los trámites municipales con su jornada laboral.
Pese a que el Gobierno municipal presentó la iniciativa como “un paso más en la mejora del servicio” y habló de “flexibilidad”, la realidad ha terminado imponiéndose. La mayoría de la ciudadanía sigue trabajando en horario de mañana y no puede acudir al Ayuntamiento sin pedir permisos o perder horas de trabajo. Tal y como se anticipó, media hora más no era más accesibilidad, sino una medida sin utilidad práctica.
Ahora, tras reconocer el fracaso, Campillo ha admitido que existían dos opciones: la que finalmente se ha probado y no ha funcionado, o abrir alguna tarde. “Ahora valoraremos la vía de abrir alguna tarde y ya se informará en su momento”, ha señalado.
Una reflexión que llega tarde y que vuelve a evidenciar una forma de actuar basada más en el anuncio que en la solución real de los problemas. La ampliación fallida no ha servido para mejorar la atención ciudadana, pero sí para confirmar lo que era previsible.




