La Asociación de vecinos de Romo solicita al alcalde de Getxo, Imanol Landa, que en un gesto de buena voluntad y con carácter de urgencia, realice un referéndum a nivel de todo el municipio para consensuar un gasto tan importante como el que pretende realizar en la construción de la Kultur Etxea de Romo, y «no se base únicamente en los catorce mil votos que respaldaron su proyecto de gobierno municipal».

Desde la Asociación quieren dejar claro que «en ningún momento nos hemos negado a la construcción de la Kultur Etxea sino más bien todo lo contrario. Hemos ofrecido nuestra posible colaboración, como vecinos de Getxo, en todo lo necesario para que dicho proyecto cultural se acerque a las necesidades presentes y futuras de su área de acción, Romo y Las Arenas, obteniendo el silencio como respuesta».

El proyecto aprobado y presentado por el Ayuntamiento, les parece «completamente desproporcionado pese al argumento del señor Landa de que será utilizado por 250.000 personas, cuando y por poner un ejemplo, el Museo de Bellas Artes de Bilbao recibe 200.000 visitas anuales y el Guggenheim, estandarte de Bilbao, 1.000.000 de visitantes por año». También denuncian que no se haya realizado ningún estudio de vialidad en una zona, donde el tráfico y el aparcamiento es un aspecto imposible.

Critican además que «desde el Ayuntamiento, se nos quiere hacer creer que la Kultur Etxea será utilizada por vecinos de todo el municipio cuando nosotros, tras las consultas realizadas a vecinos de Algorta, Andra Mari y Neguri, hemos llegado a la conclusión de que estos se acercarían a la Kultur en muy contadas ocasiones».

En su comunicado la Asociación de vecinos de Romo considera que en la situación económica actual con recortes en gasto social, paro, etc. «una inversión de más de ocho millones de euros (alrededor de mil cuatrocientos millones de pesetas) sería un derroche que nos hipotecaría durante décadas y que no nos debemos de permitir. Por lo tanto, en vistas de un posible ahorro de más de dos millones de euros, consideramos que se podría llevar a cabo un proyecto similar al planteado, pero con una altura menos y sin el uso del acero corten en la fachada imitando los acantilados de Arrigunaga. Al ser un edificio que desentona en cuanto a altura con los edificios del entorno, si su fachada fuera diáfana daría mucha más luminosidad a la plaza de Santa Eugenia, donde irá ubicado».