Las Asociación de vecino de Romo ha aclarado en su página web que «en ningún momento se nos ha consultado sobre este nuevo edificio» del Kultur Etxea, «ni a los vecinos ni a las asociaciones de este nuestro barrio». Han querido dejar claro que «se nos presentó, en su día, un proyecto cerrado y sin posibilidad de modificación alguna».

Consideran que la cifra de 250.000 visitantes que según el Ayuntamiento recibirá el edificio no tiene ninguna base y que cualquiera puede jugar con las cifras.

No existen estudios de viabilidad

Los vecinos han denunciado que «no existe ningún estudio sobre los problemas derivados por esas 250.000 personas que, dice nuestro alcalde, vendrán a la Kultur. ¿Dónde aparcarán los coches de minusválidos, ambulancias, bomberos, camiones de transporte, espectáculos, coches particulares…?».

Han criticado que tampoco existe un estudio de viabilidad medioambiental de dicho edificio. «Nadie conoce los gastos de gestión y mantenimiento que se derivarán de su apertura».

Han insistido en que «jamás nos hemos negado a la construcción de nuestra Kultur» pero advierten que este proyecto es un proyecto faraónico «cuyo coste seguirán pagando nuestros nietos».

El edificio oscurecerá el barrio

Consideran que el tamaño del nuevo edificio «sumirá en la más completa oscuridad a un gran número de vecinos del entorno» debido a las enormes dimensiones del Kultur etxea.

Han denunciado también que el período de reflexión ha sido una auténtica «tomadura de pelo». «Hemos estado más de un año con un muro patético a la espera de que pudieran financiar dicho monstruo hipotecando al vecindario durante decenios, esta es `la profunda reflexión´ que ha llevado a cabo esta alcaldía… para clavarnos un machete en la espalda».

Los vecinos de Romo han asegurado sentirse absolutamente indefensos «ante la tiranía de este ayuntamiento». Es por ello por lo que están poniendo en marcha la antigua Asociación de Vecinos de Romo.

Mensaje final

Al final de su escrito los vecinos de Romo han advertido al alcalde y a los concejales que «vamos a darles toda la guerra (incruenta por supuesto) que podamos y, aunque no tenemos su Getxoberri (pagado por los que le votan y por los que no), también haremos nuestra propaganda particular e informaremos desde otro punto de vista: el nuestro.»