La Junta de Gobierno aprueba la licitación de la Estrategia “Getxo Antiracista” mientras la inseguridad vinculada a la inmigración descontrolada merma la seguridad del municipio.
El pasado 18 de noviembre, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Getxo aprobó iniciar la tramitación reglamentaria para adjudicar, mediante procedimiento abierto, el Servicio para la Gestión Integral de la Estrategia Antirumores “Getxo Antiracista”.
El contrato tendrá una duración de un año, prorrogable por otro más, y contará con un presupuesto máximo de 52.930,11 euros IVA incluido (48.118,28 € sin IVA).
Una vez más, el Consistorio recurre a la retórica habitual para justificar esta iniciativa, alegando la necesidad de “acabar con prejuicios y estereotipos sobre el colectivo inmigrante”. Sin embargo, la realidad es que esta campaña, iniciada en 2013, se ha convertido en un instrumento de propaganda institucional que busca desacreditar con dinero público a quienes denuncian los problemas derivados de la llegada masiva y descontrolada de inmigración, especialmente de origen magrebí.
El pliego técnico del contrato insiste en que el objetivo es “prevenir la discriminación y mejorar la convivencia”, pero lo que realmente se pretende es tachar de bulos y prejuicios hechos que los propios datos oficiales confirman.
Los informes de la Ertzaintza reflejan que la procedencia de buena parte de los delincuentes está vinculada a la inmigración reciente. La delincuencia importada es un hecho objetivo, y sin embargo el Ayuntamiento destina recursos a campañas que buscan silenciar y criminalizar a quienes denuncian esta realidad.
Mientras los vecinos padecen un aumento de robos, agresiones y conflictos en las calles, el Ayuntamiento opta por invertir en propaganda visual y talleres “antirumores” en lugar de afrontar el problema de fondo: la inseguridad creciente ligada a la inmigración descontrolada.
La estrategia “Getxo Antiracista” se presenta como un proyecto de “convivencia intercultural”, pero en la práctica se traduce en más gasto público para maquillar una situación que deteriora la vida cotidiana de los getxotarras.
El Ayuntamiento de Getxo vuelve a dar la espalda a los vecinos y a sus preocupaciones reales. En lugar de reforzar la seguridad y exigir soluciones al problema de la delincuencia importada, se dedica a financiar campañas que niegan los datos y persiguen al ciudadano crítico.
La adjudicación de este contrato no es más que la continuidad de una política de propaganda que desde 2013 consume recursos públicos sin ofrecer respuestas efectivas a los problemas que más afectan al municipio.




