Su nombre es Marco. Acaba de cumplir 8 años. Es muy alegre y activo; no para quieto ni un segundo. Le encanta jugar y es muy cariñoso con todo el mundo. Pero toda esta alegría se ha tornado ahora en tristeza, encerrada entre cuatro paredes. Lleva casi dos semanas en un albergue porque su familia no podía seguir manteniéndole debido a problemas económicos. Desgraciadamente, esto sucede muy cerca de nuestras casas y a diario. Sin alguien que le ayude, podría llegar a pasar el resto de sus días en un lugar tan lleno y a la vez tan solitario. Este pequeño de cuatro patas y abundante pelo no es un miembro cualquiera de la familia. Es una mascota.
En Euskadi casos como este se dan a diario, hasta el punto de que las asociaciones protectoras y centros de acogida de animales recogen en este territorio aproximadamente 8.000 perros y gatos al año. Observando la tendencia en los últimos intervalos, preocupa el aumento constante, ya que las cifras siguen “in crescendo”.
Comprar un perro provoca indirectamente la muerte de otro
A la hora de buscar una explicación lógica a esta progresión se podría afirmar que ha aparecido un agravante principal desde hace unos seis años. Tras una tendencia a la baja, en parte gracias a las intensas y eficientes campañas promovidas desde la administración, es en 2009, poco después del comienzo de la crisis económica, cuando ha comenzado a registrarse este cambio tan poco halagüeño. El actual momento que vivimos, con un alto índice de paro y una reducción del poder adquisitivo, podría explicar esta tendencia. La falta de ingresos hace más difícil hacerse cargo de los gastos que acarrea tener una mascota en casa.
No hace falta recordar que todas las perreras de España cuentan con unos niveles de ocupación altísimos; en una amplia mayoría de casos están completas y los sacrificios son una constante. Me gustaría insistir en la importancia de adoptar frente a optar por una compra. El hecho de comprar un perro provoca de forma indirecta el sacrificio de otro, además de fomentar el negocio de las tiendas que producen razas “puras”.
Uno de cada 4 ó 5 getxotarras convive con un perro en el hogar
Getxo es un municipio con bastante abundancia de perros, debido a la gran cantidad de parques, viviendas con jardín o zonas peatonales. De hecho, hay entre 4200 y 5500 perros censados, lo que supone uno por cada 4 ó 5 núcleos familiares. Los números crecerían si sumamos otras mascotas, puesto que no solo se abandonan a los canes, aunque sean estos los que más pena suelen suscitar. Por eso es importante seguir concienciando no solo a los habitantes de nuestra localidad sino a todos los dueños de mascotas en general.
Por suerte, Marco es muy afortunado y una familia ha decidido adoptarlo e integrarlo. Sus días de estancia en el albergue se han acabado. La alegría y fidelidad que se esconden bajo su mirada ha convencido a otros para acogerle dentro de su hogar. A partir de ahora compartirá su vida junto a un matrimonio y dos niños en una pequeña casa con jardín a las afueras de la ciudad.
No useis petardos en estas navidades. Los perros sufren muchísimo.