El parque de Manuel Gainza es un parque anodino, insulso, no tiene color, ni en los árboles (antes había unos cuantos árboles rojos preciosos que los talaron a la brava), ni en el suelo (aparte de que se forman charcos), ni en nada.
Todo es menos que antes de su remodelación. Antes tenía muchos árboles con colorido, más bancos que ahora y en cuanto a la sombra más de lo mismo. El arquitecto paisajista aquel día no fue a trabajar.
Sobre el césped pues igual que en todos los parques, se siembra y en muchas zonas no llega ni a aparecer. Preguntad a los dueños responsables de los perros.
Por aquí también se han visto ratas.
Sobre la rotonda que está al lado no hay nada bueno que decir, con lo lucidas que resultan otras, algunas muy simples y sin plantas. Parece mentira que la rotonda de entrada al pueblo no sea nada lucida.




