Editorial

 

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Respiro y siento la indignación de algunos vecinos de Getxo tras la victimización exagerada que el Ayuntamiento está haciendo de los magrebíes que fueron agredidos en el recinto festivo de Algorta durante la última noche de las fiestas. Sin comprender aún por qué el consistorio y el Alcalde se han apresurado a tachar estos sucesos de actos racistas y no de delincuencia como tal me pregunto: ¿acaso se ha realizado una investigación en profundidad de lo que sucedió aquella noche? La respuesta es sencilla, no. Y la justificación también. No se ha empleado el tiempo necesario para ello, no hubo patrullas de la Ertzaintza en la zona, la policía local se mostró desbordada y la Unidad de Investigación de la Policia local continúa prácticamente en desuso.

Si bien es verdad que no todos los magrebíes son carteristas ni delincuentes, muchos vecinos de Getxo perciben que la mayor parte de los delitos relacionados con el robo de carteras, móviles o bolsos son cometidos por este colectivo. El Ayuntamiento ha confundido el deseo de un grupo de individuos de tomarse la justicia por su mano con el racismo. Vaya por delante mi rechazo más absoluto a cualquier tipo de violencia, pero también quiero denunciar el nefasto dispositivo de seguridad para fiestas que ha preparado el Equipo de Gobierno de Getxo y que ha dado lugar a este tipo de sucesos. En la nota donde el Ayuntamiento y el Alcalde han victimizado a los ciudadanos agredidos de manera desproporcionada he echado en falta su autocrítica reconociendo que al menos parte de lo sucedido se debió al ridículo dispositivo de seguridad para fiestas.

Está mal visto que los medios de comunicación publiquemos la nacionalidad de las personas implicadas cuando son los agresores, sin embargo, parece estar bien visto que se haga público su procedencia cuando los ciudanos extranjeros implicados son los agredidos. Estos último es lo que ha pasado precisamente con la agresión a varios magrebíes en Getxo con el objetivo, sin ninguna duda, insisto, de victimizar a un colectivo que despierta mucha desconfianza entre la población. Las cosas como son. No me gusta andar con rodeos para decir lo que quiero decir.

Y para colmo leo en un medio de comunicación que los agredidos no han presentado ninguna denuncia y que no se prevén arrestos. ¿Para esto tanto ruido? El comportamiento del Ayuntamiento defendiendo a ultranza a esos jóvenes magrebíes sólo por el hecho de ser magrebíes, es tan denunciable como catalogar de sospechosos a todo un colectivo por su nacionalidad o procedencia

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