Iniciamos nuestra colaboración en “Diario de Getxo” en esta columna “Con vistas al Abra” con un comentario sobre las relaciones de Getxo con el cine. Debido a su extensión, lo presentaremos en tres entregas. Aquí va la primera.

Recientemente han aparecido en prensa varias noticias relacionadas con el rodaje de la película Gernika en diversos escenarios de Bilbao y de la provincia. Por cierto, el periodista incluye Getxo entre los escenarios del rodaje, aunque de momento no parece que el equipo haya llegado por aquí. El tema se encuadra dentro del criminal bombardeo de Gernika en 1937 durante nuestra guerra incivil (Forges dixit) y se trata de una producción internacional cuyo estreno está previsto para el próximo año 2016, dirigida por Koldo Serra, por cierto director getxotarra aunque en Wikipedia figura como nacido en Bilbao. Puede ser porque, como en el chiste, los de Bilbao nacemos donde nos da la gana, con perdón.

Aparte de los comentarios y explicaciones sobre la película y el rodaje, la noticia se centra en las ayudas fiscales que la Diputación Foral de Bizkaia (DFB) ha establecido para fomentar estas actividades en nuestra tierra y que recientemente han sido “bendecidas” por la Comisión Europea que en general, está resultando bastante reacia a los particularismos en cuanto a ayudas y subvenciones, pero parece que este actual paquete de ayudas “vale” mientras no se demuestre lo contrario.

En estas noticias, también se hace referencia a la reciente creación (Febrero 2015) del “Bilbao-Bizkaia Film Commission” como organismo público lanzado por iniciativa conjunta del Ayuntamiento de Bilbao y de la DFB, orientado a facilitar la vida a los productores y directores que decidan utilizar nuestros escenarios naturales, ciudades y pueblos para ambientar sus películas. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Bilbao ni siquiera cobra por el cierre y ocupación de calles y espacios públicos por necesidades del rodaje; aspecto que personalmente me parece incluso excesivamente filantrópico pero, en fin.

Todos estaremos de acuerdo en el potencial que tiene nuestro municipio como plató cinematográfico.

En este contexto, creo que todos estaremos de acuerdo en el potencial que tiene nuestro municipio como plató cinematográfico, tanto en espacios naturales o urbanos como en edificios patrimoniales o privados de una indudable belleza y, digamos, fotogenia. Sin caer en los tópicos de “nuestros privilegiados entornos naturales” o del “marco incomparable”, que esto lo tienen en copyright nuestros primos y sin embargo entrañables enemigos, para la Concha, disfrutamos de unos insuperables paisajes costeros desde el Puente Colgante hasta la playa Salvaje (que no es de Sopelana aunque lo parezca) o rurales, por ejemplo en la zona de Andra Mari. Sin pretender hacer un inventario exhaustivo, también tenemos elementos patrimoniales de indudable valor artístico y arquitectónico muy válidos para el cine que, de momento siguen ahí a pesar de los ímprobos esfuerzos del Ayuntamiento por mejorarlos, no vamos a hablar del pastiche de las nuevas escaleras de la Iglesia de S. Nicolás, ¡y ahora se nos cae la cruz! (Señor, señor, ¡qué cruz!); pero sí merece la pena comentar lo de la bonita plaza contigua del mismo nombre a la que están dotando de un estilo modernista, ya saben: la de las obras interminables. Se podría hacer un interesante documental sobre una curiosa colonia de ejemplares con casco amarillo y blanco que se han establecido en la plaza desde hace algún tiempo, cuyos ciclos migratorios parecen coincidir bastante exactamente con nuestras elecciones: aparecen en bandadas cuando se acerca la fecha de votación y suelen emigrar en busca de climas más benignos nada más pasar esta fecha, dejando unos pocos ejemplares seguramente para cuidar y defender el territorio. Además, esta plaza tiene la virtud de ofrecernos en su reducido recinto, bastantes referencias cinematográficas: “El desfiladero de Basagoiti” (western); “El faro del fin del mundo” (de una obra de Julio Verne); “El misterio del quiosco desaparecido”, si no aparece habría que cambiar el nombre a Musike Aurrekoa para ser coherentes; “El asombroso caso del parking desierto” con lo difícil que es aparcar en Algorta; “Escaleras al cielo”, ésta es de Led Zeppelin…

Hay también otros edificios muy interesantes que, según la página web del ayuntamiento, han sido declarados Conjunto Monumental, por ejemplo la ruta denominada “Paseo de la Grandes Villas” que curiosamente son edificios de propiedad privada en su mayoría, mientras que los que supongo son públicos (supongo porque con la legislación nunca se sabe) parece que estamos esperando que se caigan solos antes de que se decida  de verdad hacer algo en serio con ellos (se admiten apuestas), digamos: las galerías de Punta Begoña, el fuerte del Príncipe, el de Arrigunaga (¿alguien sabe que eso era un fuerte?)…

Ser plató de cine, tiene algunos inconvenientes (…) pero tiene indudables ventajas que los superan, empezando porque supone ingresos directos para la economía local e indirectos vía impuestos, y una magnífica imagen para el municipio.

Al hilo de lo anterior, me pregunto si no sería un maravilloso momento para, desde nuestro municipio de Getxo, sumarnos a estas iniciativas o lanzar otras en el mismo sentido con el fin de explotar nuestros escenarios potenciales. Creo que ser plató de cine, tiene algunos inconvenientes por ejemplo, en cuanto a incomodidades para los vecinos; pero tiene indudables ventajas que los superan, empezando porque supone ingresos directos para la economía local e indirectos vía impuestos, y una magnífica imagen para el municipio. Sin ir demasiado lejos, la reciente película “Ocho apellidos vascos” (2014) de Emilio Martínez-Lázaro, como es sabido ha provocado un sensible incremento del turismo en busca de los escenarios de la película.

Así pues, desde estas páginas propondría un reto al famoso “Aquiencorresponda”, que no tiene necesariamente que ser la administración, para que analice esta oportunidad y, a ser posible, la aproveche.

¡No se pierdan el próximo episodio!