Estos días el centro de Algorta se ha llenado de carteles contra la presencia del futbolista del Portugalete Paul Abasolo en el municipio con motivo de la celebración de un partido. En el cartel, cuya autoría es del Movimiento feminista de Getxo,  puede leerse “Paul Abasolo no eres bienvenido” o “no a la impunidad” con motivo de la supuesta implicación del jugador en varios casos de abusos sexuales

El motivo de mi escrito no es para entrar a valorar los hechos juzgados ni tan siquiera el indulto del Gobierno de España al joven, sino para dar mi opinión sobre el comportamiento de este grupo de “feministas” cuya posición está viciada ideológicamente partiendo de la base de que jamás les he escuchado proclamando el fin de la impunidad para todos aquellos asesinos que se pasean por el pueblo tranquilamente a pesar de participar en crímenes que dejaron decenas de niñas huérfanas y mujeres enviudadas.

¿Por qué estas mal llamadas feministas no defienden a todas esas mujeres del municipio que perdieron a sus esposos y a sus padres? La formulación de esta pregunta no la hago para recibir una respuesta, puesto que ya la sé.

Detrás de ese colectivo está, como siempre, EH bildu y la izquierda abertzale -son ellos, junto con la marca de Podemos, quienes han llevado la petición de las feministas al Pleno de Getxo-. Son todos ellos colectivos que se escandalizan por el nulo arrepentimiento del jugador por los hechos que presuntamente cometió y sin embargo no han reclamado jamás el arrepentimiento a los etarras. Colectivos que no confían en la posibilidad de reinserción ni rehabilitación del jugador –quien se declara inocente-, pero sin embargo, cuando se habla de los presos de la banda terrorista, defienden con absoluta vehemencia que debe respetarse el derecho de estos a rehacer su vida sin estar sacando a la luz continuamente sus antecedentes delictivos.

Son feministas de parte. Feministas de pega. Feministas que dan naúseas. Mal llamadas feministas que bailan el agua a los criminales y que se olvidan de todas esas viudas y niñas de este pueblo. Feministas que lo mismo gritan «no a la impunidad» cuando el protagonista de la noticia no es de los suyos o vociferan todo lo contrario cuando es de su cuerda.

Mal llamadas feministas de Getxo, esto va por vosotras. Os repudio.

J.P.