Getxo el año pasado lanzó una gran campaña contra las deposiciones de los perros con el lema “QUE OTROS NO SE COMAN TU MARRON” e intenta atraer turismo y cruceros vendiendo una imagen de municipio limpio, culto y con un edificio casi faraónico en la Avenida Basagoiti como centro de cultura.

Pero al mismo tiempo, no se entiende por qué, permite día sí, día también, en la misma avd. Basagoiti y en la paralela c/Andrés Cortina, una situación que ya es insostenible. En el Bar Mamarro cada fin de semana se reúnen una cantidad enorme de personas jóvenes y permanecen allí gritando, alborotando y consumiendo alcohol tanto en el bar como en la calle durante toda la noche.

Ante esta situación, si un vecino que intenta dormir en su casa a las 4 o 5 de la madrugada, y al ser imposible, llama a la policía local, se encuentra con la respuesta por parte de los agentes de que “no insistas”, que están en la calle y que pueden hacer lo que quieran, como quieran y cuando quieran,  que eso no va contra la normativa municipal.

Habría que plantearse si esa normativa, tan estricta en algunos casos y enormemente transigente en otros, es la que nos merecemos los vecinos de la zona. Esta zona que se va degradando cada vez más, ya que los que vivimos en ella tememos hasta dejar los coches por los daños que sufren. Por la mañana aparecen vasos sobre ellos, otros vasos estallados encima, cristales rotos por todas partes (con el peligro que representa), gritos, las peleas y la “GUARRADA” que aparece cada noche y cada madrugada con orines, deposiciones, preservativos, tampones…. (con el peligro para la salud pública que ocasiona, amén de los malos olores).

Les adjunto unas fotografías de un fin de semana cualquiera. En este caso están tomadas este mismo domingo día 7 de mayo tras la noche del sábado. Se ve que para festejar el día de la madre y la educación recibida.

Muy limpio, muy vanguardista, con grandes eventos culturales, pero una ENORME GUARRADA DE AYUNTAMIENTO, con imágenes que parecen de otros lugares aparentemente más incívicos, pero que se suceden semana tras semana en Algorta, sin que nadie lo impida.

M.S.