La agrupación en el municipio solicita que se modifique el proyecto del Aula de Cultura de Romo porque «adolece de una falta absoluta de perspectiva social y económica para el conjunto del municipio».

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La agrupación de Unión Progreso y Democracia de Getxo ha solicitado que se modifique el proyecto del Aula de Cultura de Romo por considerar que supone una obra faraónica, con un coste de ocho millones de euros, y porque además adolece de una falta absoluta de perspectiva social y económica para el conjunto del municipio.

UPyD ha explicado en una nota que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Getxo está haciendo caso omiso a las demandas de los ciudadanos que siguen insistiendo en que un plan de actuación como el planteado es absolutamente desproporcionado en las formas y en el fondo. La formación progresista ha añadido que es un símbolo más de la gestión impositiva, del ordeno y mando del gobierno municipal que no sólo no tiene en cuenta el rechazo social, sino que evidencia el poco pudor de los responsables municipales a la hora de gestionar los fondos públicos, hipotecando otras iniciativas más prioritarias y de mayor calado y proyección social».

La formación ha propuesto, por el coste económico del plan y por las reclamaciones de las asociaciones vecinales, que se paralicen las obran en desarrollo y se realice una consulta abierta, a todos los ciudadanos de Getxo, para conocer así su opinión respecto al Aula de Cultura de Romo. «No podemos, por menos, que reivindicar una participación más activa, más democrática y más transparente de los vecinos en las decisiones que se abordan desde el Ayuntamiento. Se están tomando, como es tradicional en el quehacer municipal, decisiones que supone un mayor endeudamiento de las arcas municipales con proyectos o iniciativas que no suponen o favorecen un aumento del desarrollo económico del municipio y, en cambio, sí condicionan acciones futuras» han explicado.

UPyD coincide con los vecinos de Romo en que el proyecto en cuestión no se adapta a las necesidades reales de la comunidad y que igualmente se ha diseñado sin tener en cuenta cuestiones de eficiencia y eficacia. «Si siguen adelante en la forma en que lo ha planteado se va a convertir en un símbolo o exponente más de cómo se malgasta y despilfarra el dinero público. Seguimos en esa espiral de construir infraestructuras cada vez más caras sin importar demasiado si serán útiles, si se va a rentabilizar socialmente e incluso si se puede mantener o pagar» han concluido.