carretera

«Buenos días (lo serán para usted),

soy una vecina de Beato Domingo Iturrate y le escribo porque después de años de indignación, hoy ha habido una pequeñísima gota que ha colmado el vaso.

Le cuento mi situación, por si por una improbable casualidad quisiera usted ponerse en mis zapatos.

Empezamos hace unos años sufriendo las obras de soterramiento del metro, teniendo que aguantar que utilizasen nuestra carretera como vía opcional y nos quitasen todos los aparcamientos.

Después de dos años de vaivenes, por fin parecía que nos iban a devolver nuestras plazas de aparcamiento. ERROR. Nos devolvieron sólo una parte de ellas, ya que unas siete plazas que había en batería fueron reducidas a tres para poner unas aceras que parecen plazas de toros. Muy útil con el grandísimo tránsito que hay en esta zona, claro que sí. Siempre pensando en los ciudadanos.

Tras las obras de soterramiento, quedó en Maidagan un inmenso descampado, donde el ayuntamiento tenía proyectada alguna obra. Se abrió un buzón de sugerencias, en el que, por supuesto, pedimos un aparcamiento ya que empezaba a ser evidente el problema que sufríamos.

¿Qué hicieron con nuestra sugerencia? Lo mismo que con nuestras plazas de aparcamiento, tirarla a la basura. Así que se pusieron a hacer un parque precioso y muy necesario. Nótese aquí, por favor, la ironía. Porque sí, los parques están muy bien, pero en Malakate (a 2 pasos) ya hay uno bien grande. Pero ¡oiga, el parque da muchos más votos! Pues nada, otro parque.

Los vecinos, esperanzados, esperábamos que incluyeran unas plazas de aparcamiento. Pobres ilusos, ahí nos quedamos con nuestra esperanza. No contentos con esto, nos quitaron 2 plazas de aparcamiento de la cuesta, para poner una paso de cebra apto para elefantes.

Así que el día de la inauguración del maravilloso y necesario parque, vino usted, querido alcalde, y recibió, que yo presenciara, tres peticiones de tres vecinos diferentes de unas plazas de aparcamiento. Muy simpático y atento, dijo que sin duda, se pondría manos a la obra e intentaría solucionar el problema.

Han pasado 2 meses. ¿Dónde está nuestra solución? Pero, espere, esto no acaba aquí. No contento con no solucionar esto, su policía se ha dedicado a poner multas a los coches mal aparcados por las plazas de aparcamiento que su Ayuntamiento nos ha quitado. Imagínese nuestra felicidad, si puede por una milésima de segundo hacer lo que no ha hecho en estos años, ponerse en nuestros zapatos.

Pero lo que ha colmado la gota esta mañana es lo siguiente: la semana pasada, precintaron las cinco plazas de aparcamiento de las que disponemos dos edificios de 26 viviendas cada una. «¿Para qué?», preguntamos. «Para el plan de viabilidad». Entre risas dijimos: «El alcalde ha venido a solucionar nuestro problema juntando más las rayas del suelo para que quepan seis coches en vez de cinco». ERROR (y gordo). El plan de viabilidad consiste en quitar una plaza de aparcamiento poner OTRA plaza de minusválidos, en una manzana que ya hay cuatro (que yo recuerde en este momento). Pero ¡oiga, las plazas de aparcamiento para minusválidos dan muchos más votos! Pues nada, otra más.

Así que después de esta retahíla, le pregunto yo a usted, queridísimo alcalde: ¿Dónde aparcamos los coches, señor alcalde? ¿Por dónde nos los metemos? ¿Va a prestarnos usted su garaje? Estamos hart@s de que su Ayuntamiento no gobierne para sus ciudadanos.

Sus aceras y parques ganarán votos, pero desde luego los pocos que tenía en esta zona, los ha perdido.

Atentamente,

Una vecina harta de que hagan y deshagan a su antojo.

PD: Otro día le cuento mi opinión sobre la obra que se está llevando a cabo en la calle Arretxe»